El
chocolate, las uvas, el turrón y los restos de marisco son algunas de
las comidas típicas de Navidad que resultan perjudiciales para el can
La Navidad propicia los excesos en nuestra dieta. Los perros y gatos,
como integrantes de la familia, no escapan de estas tradiciones. Pero
hay alimentos tóxicos para su salud. El talón de Aquiles alimentario del
can existe y hay que conocerlo para no cometer errores. A continuación
se enumera la lista de alimentos y bebidas frecuentes en Navidad que el perro no debe ingerir: las uvas de Nochevieja, el chocolate, la cebolla, el ajo, los lácteos, el marisco y el alcohol. Otras sustancias, aunque en menor medida, tampoco son recomendables, como un exceso de sal, el café y algunas plantas.
Las uvas de Nochevieja: un riesgo para el can
Las uvas
son una fruta típica para despedir el año. La tradición en Nochevieja
marca que se coman 12, una por cada campanada. Sin embargo, tanto al
natural como cuando se procesan para conseguir uvas pasas, resultan
tóxicas para el perro. "Afectan al funcionamiento de los riñones
del animal", aclara Roberto Elices, veterinario experto en nutrición
animal y profesor de la Facultad de Veterinaria de la Universidad
Complutense de Madrid. Por este motivo, no hay que ofrecer ni una uva al
can.
Marisco: causa de estreñimiento para el perro
Las cáscaras del marisco contienen una sustancia denominada quitina que el perro no digiere bien. Le puede provocar vómitos, diarrea y estreñimiento.
Por otro lado, el marisco es un alimento rico en ácido úrico. La mayoría de los canes no tienen problemas con esta sustancia, excepto una raza: el dálmata, que puede padecer gota.
Chocolate, tóxico para el animal
El chocolate es un dulce muy presente en los turrones y otros dulces navideños. Sin embargo, el chocolate es peligroso para los perros: contiene una sustancia llamada teobrimina, que resulta tóxica para los canes. "Tanto es así que la ingestión de 100 gramos de chocolate negro tendría graves consecuencias para la salud de un perro de 15 kilos", afirma Imanol Sagarzazu, veterinario y experto en nutrición animal.
El chocolate puede ser un ingrediente de muchos dulces, como el mazapán o los polvorones, camuflado en pequeñas cantidades, por lo que no es recomendable ofrecerle este tipo de productos.
Cebolla y ajo: peligros para el perro
La cebolla contiene un componente (tiosulfato) que destruye los glóbulos rojos del perro. Las consecuencias para su salud, sobre todo si está enfermo o es muy mayor, son anemia, debilidad y problemas respiratorios. Los alimentos para canes no contienen cebolla, pero hay que tener precaución con los desperdicios de las comidas y las cenas navideñas, en los que el perro pueda hurgar. Para evitarlo, se puede colocar el cubo de la basura en un lugar donde el animal no tenga acceso, como dentro de un armario o bien en un cubo que tenga tapa.
El ajo, presente en muchos platos festivos, también resulta perjudicial para el can. Los perros no tienen un sistema digestivo preparado para metabolizar de manera adecuada el ajo. Así que, en caso de ingerirlo, será como si tomaran un compuesto tóxico.
Lácteos: diarreas en el perro
La leche y otros productos que contienen lactosa, como yogures, queso o incluso algunos postres, no son recomendables para la salud del can. El perro no asimila esta molécula cuando la ingiere en grandes cantidades porque su estómago carece de la enzima encargada de destruirla y metabolizarla.
Alcohol: tóxico para el perro
Champán y vino son algunas de las bebidas alcohólicas habituales en las mesas durante las cenas y comidas de Navidad. Por ello, hay que extremar la precaución si en casa hay animales.
Cualquier bebida alcohólica es perjudicial y tóxica para el perro, incluso en pequeñas cantidades. Además, no le aporta ningún beneficio para su alimentación.
Precauciones con otras comidas en Navidad
Además de los alimentos que resultan tóxicos para el perro, hay otros que son perjudiciales para su salud por diversas razones. Entre ellas, porque fomentan algunas enfermedades del corazón de los canes o porque el animal tiene dificultades para digerirlas.
- Frutos secos. Este alimento resulta difícil de digerir para el perro. "No son recomendables ni enteros ni triturados porque el can no los digiere bien", insiste el veterinario y experto en nutrición animal Imanol Sagarzazu.
- Sal. Este mineral debe ser escaso en la dieta del perro. Un exceso de sal en un can con problemas cardiovasculares e hipertensos
puede agravar su patología. Si en Navidad se ofrecen al animal frutos
secos, jamón serrano u otro tipo de alimentos con alto contenido en sal,
se caerá en el error de administrar un exceso de este mineral.
-
Cordero. La grasa de esta carne, así como sus huesos,
se convierte en el temor de los veterinarios durante las fiestas
navideñas. La ingestión de la carne de este mamífero le provoca
desajustes estomacales, que se traducen en vómitos y diarrea.
-
Huesos. "Excepto el de rodilla de vaca cocido, pueden
provocar perforaciones intestinales, diarrea y estreñimiento", explica
Sagarzazu. Por ello, lo más adecuado es ofrecerles los huesos específicos de piel de vaca que venden para ellos.
-
Café y té. Estas bebidas no son recomendables para el perro por su contenido en sustancias excitantes (cafeína y teína).
Plantas de interior. En Navidad se decora la casa con plantas como la flor de Pascua
o el abeto de Navidad. Aunque no pueden considerarse como un alimento,
sí conviene citarlos, por los peligros que entrañan para el can. La
primera le resulta tóxica y, en el caso del abeto, sus
hojas como agujas pueden provocarle daños internos en el intestino o la
garganta. No son las únicas plantas peligrosas: el lirio y la adelfa también son perjudiciales.