Probablemente tema que la rechace y que toda su ilusión se quede en nada. Tendrá miedo de que le haga daño porque ya se lo han hecho muchas veces. Le asustará su necesidad, que ella percibirá como situación de debilidad, igual que la gacela que se acerca a beber a la charca africana con un ojo avizor por si aparecen leones. Supongo que Carlota cree ponerse en riesgo al entregarse tanto: está desgarrada entre el deseo de acercarse y el de salir corriendo. Y ¿saben qué? Esta mañana, de repente, me reconocí en ella.
Tengo otro amigo que lleva algún tiempo con una chica 32 años más joven. Están mejor que nunca, pero mi amigo, que se va acercando a los 70, estaba pensando en dejarla para acabar en lo más alto y evitar así el peligro de que ella lo abandone por viejo en un futuro. Le he convencido de que sea valiente y persevere en su historia mientras dure. No sé si acabará maldiciéndome, pero estará vivo. Siempre hay riesgo al amar, sin duda alguna. Empezando por el riesgo supremo de que el amado se muera. ¿Pero cuál es la otra opción? Una existencia vacía. Para seguir viviendo hace falta beber de la charca, aunque nos den miedo los leones.