Recuerdo que uno de mis primeros artículos publicados a principios de los ochenta se tituló precisamente “Adiós al lince” y fue un lamento ante lo que parecía ser el empujón definitivo hacia su extinción: el violento brote de mixomatosis que arrasó las poblaciones de conejo, base de la alimentación del felino.
Evolución esperanzadora
Como se queda el oso pardo, al que los amantes de la naturaleza llegamos a ver todavía más contra las cuerdas, plantando cara a la extinción con una reducida población de poco más de una treintena de ejemplares. Hoy sin embargo nuestro oso encara el futuro con mucha más esperanza: superando los 300 individuos (podríamos ser más optimistas pero vamos a dejar la cifra ahí) entre la Cordillera Cantábrica y los Pirineos. El oso también se queda.
Como el lobo ibérico. Tras más de medio siglo de persecución y acoso, tras verse arrinconado en los últimos páramos, cerca del abismo de la extinción, el censo nacional de la especie de 2014, coordinado por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, determinó la existencia de 297 manadas, distribuidas básicamente entre Castilla y León (179), Galicia (84), Asturias (37) y Cantabria (12). Respecto al número total de lobos el dato parece obvio: sería el resultante de multiplicar el número de ejemplares por manada por el total de manadas. Pero eso no es tan fácil.
Algunos investigadores de la especie cifran entre 4 y 8 los ejemplares que componen una manada de lobo ibérico. Según el biólogo Juan Carlos Blanco, uno de los máximos expertos de nuestra especie, la cifra de individuos por manada viene determinada por la cantidad de alimento disponible y podría llegar a superar los 10 ejemplares. Hace poco Andoni Canela, fotógrafo de naturaleza y gran conocedor del lobo, me mostraba la foto de una sola manada formada por 14 lobos, lo que confirmaría la opinión de Blanco. En todo caso, para no pecar por exceso y ser ponderados vamos a dejarlo en 7 individuos por manada. Eso nos daría una cifra de 2.079 lobos (podríamos ser más optimistas pero vamos a dejar la cifra ahí).
300 osos, 500 linces y 2.000 lobos. Ni en mis mejores sueños lo habría imaginado. Debemos seguir trabajando en su conservación. Queda mucha labor por realizar al respecto. Pero hemos logrado mucho. El año pasado vi a las tres especies en libertad: un privilegio al que nunca pensé acceder en aquellos años, cuando todo apuntaba a que íbamos a perderlas para siempre.
Escrito por José Luis Gallego en La Vanguardia