La calidad de un pienso para mascotas tiene que abarcar todo el
proceso de la cadena de producción, es decir, desde la compra de los
ingredientes hasta el consumidor final, nuestro perro o nuestro gato.
Los
proveedores de carne, pescado, cereales y demás ingredientes,
obligatoriamente, deben estar contrastados. Por eso es muy importante
tener un protocolo de homologación de proveedores, para poder garantizar
que sean de confianza y mantengan una regularidad en la calidad de
dichas materias primas. La selección de los suministradores se realiza
en base a especificaciones que hacen referencia a las características
bacteriológicas del ingrediente, su correcto procesado, calidad
nutricional y digestibilidad.
Antes de la descarga de las materias
primas, mediante análisis, se ha de comprobar que se cumplen los
requisitos deseados. Se miden niveles de proteína, grasa y otros
nutrientes. En este sentido, es básico el análisis por espectroscopia de
infrarrojos cercanos (NIR’s), puesto que va a ser la única herramienta
que nos permita poder hacer esto de una forma ágil.
Las líneas de
producción han de estar totalmente automatizadas, lo que va a asegurar
una dosificación precisa de los ingredientes, eliminando de esa manera
el riesgo de error humano. Además, estas líneas deben ser mantenidas y
limpiadas periódicamente, con lo que se podrá evitar el riesgo de
contaminaciones por bacterias u hongos.
La fórmula ha de ser
equilibrada y adaptada a las especificaciones nutricionales para las que
el pienso está indicado. Estas especificaciones, y las cantidades
mínimas de cada nutriente para cada edad y estado fisiológico de la vida
de nuestro perro o gato, deben estar en línea con las recomendaciones
nutricionales de la FEDIAF. Estas siglas se corresponden a la European Pet Food Industry Federation,
la Federación de la Industria Europea de Alimentos para Mascotas, que
establece los niveles mínimos de nutrientes para perros y gatos en
distintas etapas vitales, también la concentración energética
recomendada y los niveles máximos para ciertas sustancias.
La frase completo y equilibrado
que vemos en los envases de los piensos, significa que éste contiene
todos los nutrientes esenciales y en las cantidades adecuadas para
cubrir los requerimientos nutricionales, a la vez que calóricos, de la
mascota y que, como decíamos anteriormente, está diseñado para la edad y
estado fisiológico.
Como ya hemos comentado en anteriores
entradas, las necesidades nutricionales de los gatos y los perros son
diferentes a los de los seres humanos. Cualquier error en la
alimentación puede tener consecuencias graves en su salud. Una dieta mal
equilibrada, mal formulada o de mala calidad puede producir trastornos
digestivos o metabólicos que afectarán a su calidad de vida.
Por
lo tanto, además del diseño nutricional, una dieta equilibrada se logra a
través de una dosificación precisa de los distintos ingredientes; la
carne, el pescado, los cereales y otros. De esa manera se satisfarán las
necesidades en términos de aminoácidos, hidratos de carbono, proteínas,
minerales, oligoelementos y vitaminas. Además, hay que tener en cuenta
que los requerimientos nutricionales de un animal variarán de acuerdo a
su tamaño, edad, actividad y etapa vital. Un perro de caza no se
alimenta de la misma forma que un perro de compañía, o un cachorro no
tiene las mismas necesidades que un animal senior.
Las raciones
diarias recomendadas se adaptan a estas necesidades. Como alimentación
completa no es necesaria la combinación con otros alimentos o la
suplementación de ningún tipo pues, al fabricarse en base a una
formulación equilibrada, contiene todos los componentes adecuados en las
proporciones prescritas para una correcta nutrición.
Los
fabricantes preocupados por la calidad final de sus productos siguen los
estándares más exigentes de las normas de calidad y aseguran el control
de sus productos finales mediante sistemas de control de calidad en
proceso y análisis de producto acabado, para que nuestros perros y
gatos, como consumidores finales, lleven una vida saludable.