Sus resultados revelaron una fuerte relación entre la altura, peso corporal, proporciones del cráneo (ancho y largo) y comportamiento; por lo tanto, concluyeron que los perros más pequeños muestran más agresión que los más grandes.
"[En] el estudio más completo realizado hasta la fecha, nuestra investigación demuestra que ciertas características físicas en los perros están constantemente relacionadas con ciertos tipos de comportamiento", dijo para Phys.org el autor principal del estudio, el Dr. Paul McGreevy, de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Sydney.
"En esencia, mientras más pequeños sean los perros, menos controlable es su comportamiento para sus dueños".
33 de los 36 comportamientos indeseables estuvieron relacionados con el tamaño del perro.
Los investigadores descubrieron que conforme los perros eran de menor tamaño, había una mayor incidencia de comportamientos indeseables, agresión hacia el dueño, mendicidad por comida y búsqueda de atención. En contraste, una mayor altura se relacionó con la capacidad de entrenamiento.
Otro hallazgo indicó que, cuando el peso corporal promedio era menor, presentaban una mayor excitabilidad e hiperactividad.
El estudio reveló que 33 de los 36 comportamientos indeseables estaban relacionados con la altura, peso corporal y forma del cráneo.
Algunos de estos incluyen:
Mendicidad por la comida
Marcar con la orina
Miedo a otros perros
Orinar o defecar cuando se queda solo
Miedo sin relación con cuestiones sociales
Ansiedad por separación
Búsqueda de atención
Sensibilidad al contacto
Montar personas u objetos
Agresión hacia el dueño
Revelaciones adicionales sobre el tamaño y tendencias en el comportamiento del perro
Otra idea interesante del estudio fue que, si bien los perros grandes (por ejemplo, afganos, salukis y whippets), se destacan en los comportamientos de caza y persecución, también tienden a mostrar ciertos comportamientos negativos, como el miedo a los extraños, ladridos persistentes y robo de comida.
"Dado a que históricamente, los perros de caza no suelen ser animales de compañía muy apegados a sus dueños", dijo McGreevy, "este hallazgo no nos sorprende".
Los perros de cráneo corto, como el pug y el boxer, razas que se han sometido y, en muchos casos, han sufrido la cría selectiva para "modificar" aún más sus rostros planos, tienden a mostrar comportamientos más parecidos a los cachorros cuando son adultos. También, parecen haber abandonado por completo muchos de sus instintos de caza.
Algunas observaciones adicionales del estudio:
Los comportamientos indeseables son mayores conforme el tamaño y la altura de un perro es mayor.
Los perros con hocicos cortos se enfocan más en el aseo y fijación de la mirada compulsiva.
Las razas más pequeñas, especialmente los terriers, demostraron una agresión más dirigida hacia los extraños. Los investigadores se preguntan si los terriers eran elegidos por su agresividad porque su trabajo era perseguir y cazar presas subterráneas. Podría ser que las razas más pequeñas con patas cortas hayan heredado la agresión.
Los perros más pequeños se involucran en comportamientos de búsqueda de atención, que están relacionados con los celos y territorialismo, durante los momentos en que su dueño presta atención a otra persona.
Las razas más grandes que descienden de razas más pequeñas y que son vistas como perros de compañía pueden tener comportamientos que no son acordes con el tamaño de su cuerpo.
Las razas de peso ligero son más propensas a ser hiperactivas y enérgicas, en comparación con las razas con cuerpos pesados.
Los comportamientos de afrontamiento en respuesta al estrés, como morder al aire, se relacionan más con el peso del perro que con la altura. Cuanto más pequeño y fornido es el perro, mayor es la tendencia a mostrar comportamientos de afrontamiento.
La persecución obsesiva de la cola, coprofagia (consumir heces) y masticar o jalar la correa, no son comportamientos que estén relacionados con el tamaño o raza del perro.
Los dueños tienden a tolerar e incluso fomentar el mal comportamiento de los perros pequeños
Al sacar conclusiones de su investigación, el equipo de la Universidad de Sydney consideró el hecho de que los dueños pueden ser más tolerantes con el comportamiento indeseable de los perros más pequeños, lo que a su vez puede fomentar comportamientos indeseables como ladridos excesivos, mordidas, eliminaciones en interiores, mendicidad, ansiedad por separación y búsqueda de atención.
Los investigadores especulan que los dueños de perros pequeños pueden fomentar comportamientos indeseables y predisponer a sus mascotas a la ansiedad por separación, comportamientos similares a los cachorros, montar y mendigar. La tendencia a mantener a los perros pequeños en interiores, sin hacer mucho ejercicio, también puede ser un factor importante.
"Los comportamientos indeseables, como la agresión hacia el dueño o montar todo lo que encuentre, ocurren con mayor frecuencia entre los perros pequeños. Esto sugiere que, en los perros pequeños, estos comportamientos se toleran más, en comparación con perros más grandes, en los cuales dichos comportamientos son más desagradables e incluso peligrosos.
"Del mismo modo, tales comportamientos en perros pequeños pueden ser el resultado del grado de permisividad y que estén demasiado protegidos", explicó McGreevy.
Otra consideración es que, se sabe que las razas más pequeñas reaccionan más, neurológicamente, a los estímulos en su entorno que los perros más grandes, que tienden a ser más relajados.
"Estos hallazgos... nos recuerdan que los perros domésticos son un modelo extremadamente útil para explorar las fuerzas biológicas que producen diversas estructuras animales y sus comportamientos relacionados", dice McGreevy.
"La interacción de la naturaleza y crianza en el desarrollo de las relaciones que hemos descrito en este estudio crea una serie de preguntas fascinantes que otros estudios abordarán".