HOLA AMIGOS


Bienvenidos a mi blog. Este será un sitio dedicado a la raza que me apasiona, el cocker spaniel ingles, y en general a todos los perros, con raza o sin ella. Aquí iré colgando temas relacionados con ellos, con los cocker y todo aquello que me parezca interesante, sobre veterinaria, etología etc...

Encontrarás que algunos artículos sobre el cocker son un poco técnicos, pero la mayoría son para todos los públicos. ¡No te desanimes !



Agradecimiento:

Me gustaría agradecer a todas las personas que nos han ayudado, explicado y aguantado tantas y tantas cosas, y que han hecho que nuestra afición persista.

En especial a Pablo Termes, que nos abrió su casa de par en par y nos regaló jugosas tardes en su porche contando innumerables “batallitas de perros”. Suyas fueron nuestras dos primeras perras y suya es buena parte de culpa de nuestra afición. A Antonio Plaza y Alicia, también por su hospitalidad, su cercanía, y su inestimable ayuda cada vez que la hemos necesitado. También por dejarnos usar sus sementales, casi nada. Y a todos los criadores y propietarios que en algún momento, o en muchos, han respondido a nuestras dudas con amabilidad.

Y, por supuesto, a Rambo, Cibeles y Maripepa, a Chulapa y Chulapita, y a Trufa, como no, y a todos los perros con pedigrí o sin el, con raza o sin ella por ser tan geniales.

Muchas gracias


Te estaré muy agradecido si después me dejas tus impresiones en forma de comentario.

Espero que te guste y que vuelvas pronto.



PARA LA REALIZACIÓN DE ESTE BLOG NINGÚN ANIMAL FUE MALTRATADO




jueves, 25 de junio de 2020

SAN GUINEFORT, EL GALGO SANTO


San Guinefort era un perro francés del siglo XIII que recibió la veneración local como un santo popular después de milagros fueron reportados en su tumba

Leyenda

Su historia es una variación sobre el tema muy transitado del "fiel perro", similar a la historia de Gales del perro Gelert. Guinefort el galgo pertenecía a un caballero que vivía en un castillo cerca de Lyon. Un día, el caballero se fue de caza, dejando a su hijo recién nacido en el cuidado de Guinefort.


Cuando regresó, se encontró con su morada sumida en el caos - la cuna estaba volcada, el niño no estaba a la vista y Guinefort saludó a su maestro con las mandíbulas sangrientas. Creyendo que Guinefort había devorado a su hijo, el caballero mató al perro. Luego, al oír un niño que llora; se dio la vuelta sobre la cuna y encontró a su hijo tirado allí, sano y salvo, junto con el cuerpo de una víbora. Guinefort había matado a la serpiente y salvado al niño. Al darse cuenta de la equivocación la familia enterró al perro en un pozo, lo cubrió con piedras y plantó árboles a su alrededor.


La historia de aquel galgo corrió como la pólvora sobre las localidades cercanas y muchos campesinos comenzaron a acudir a la tumba de Guinefort. Cada día iban más personas en peregrinaje pues los lugareños comenzaron a considerar a aquel perro como santo y mártir. Además muchas personas afirmaban que aún en su tumba el bonito galgo continuaba haciendo el bien en forma de milagros, sobre todo de curación de niños enfermos que acudían con sus padres a la tumba en busca de esperanza y salud. 


El lugar, la continua peregrinación y la propia historia llegaron a oídos de las más altas autoridades del Vaticano, que si bien, tras unos estudios realizados que daban credibilidad a algunos de los milagros atribuidos a Guinefort, exigieron poco después la prohibición del culto a aquel perro. Cuestión ésta acrecentada con la llegada de la Inquisición que consideraba herejía adorar a un animal y mandó exhumar los restos del perro y quemarlos para que fuera olvidado para siempre.


Pero en el corazón de los lugareños, siempre habría sitio para aquel buen animal, y la historia y el culto se fueron trasladando de padres a hijos en secreto hasta bien entrado el siglo XX, más de setecientos años después de los hechos.
Su festividad era el 22 de agosto. El culto de este santo perro persistió durante varios siglos, hasta la década de 1930, a pesar de las repetidas prohibiciones de la Iglesia Católica que nunca canonizó a Guinefort porque los perros no tienen alma inmortal y no pueden ser santos.


No olviden su oración, “Sant Guinefort, protégenos de los idiotas y las serpientes malvadas”