La formación de patrones de pelaje, como el atigrado, en los gatos domésticos está determinada por moléculas específicas presentes durante la etapa embrionaria. Así lo indica un estudio, publicado en Nature Communications y que recoge SINC, liderado por el investigador Gregory Barsh, del Instituto de Biotecnología HudsonAlpha (EEUU), que ha registrado el proceso por el cual células cutáneas idénticas adquieren firmas genéticas diferentes. Este hecho hace posible que se generen distintas pautas de color en el pelo, cuyos patrones definen la diversidad en los gatos y muchos otros mamíferos.
En trabajos anteriores se demostró que las variaciones de color de los gatos domésticos aparecen durante el crecimiento del pelo, cuando grupos de folículos pilosos adyacentes producen diferentes tipos de pigmento de melanina. Sin embargo, el proceso que determina si un folículo piloso produce melanina negra o amarilla sigue sin estar claro.
El equipo recopiló muestras de piel de embriones de gato en diferentes etapas de desarrollo, y analizó las proteínas del tejido, así como genes de células individuales obtenidas del mismo.
EL PATRÓN DE COLOR LO DETERMINA EL GEN DKK4
Los autores observaron que, durante la fase embrionaria, las diferencias en la expresión genética determinan la forma del patrón de color generado posteriormente. Según el trabajo, una molécula de señalización, codificada por el gen Dickkopf 4 (Dkk4), desempeña un papel central en el proceso de formación de la pauta de color.
También se ha descubierto que una mutación en dicho gen es la responsable de la apariencia jaspeada de algunos gatos, que se da en razas como el Abisinio o el Savannah Servalino.
Aunque esta investigación se centró en gatos domésticos, los científicos sugieren que sus hallazgos también explicarían la formación de patrones de color que se dan en otros felinos, como los leopardos y tigres, así como en otros mamíferos.