Un criador honrado es como un jefe de familia. Se siente responsable hacia la Raza, hacia los perros que cría, los perros que desea criar e, inclusive, hacia la gente que tiene perros de su crianza. Pierde su tiempo y su dinero en una variedad de asuntos que él considera son del mejor interés para la Raza.
Es la conciencia de responsabilidad, combinada con el sentido de continuidad, lo que marca la diferencia entre un criador verdadero y un productor de cachorros. El criador es un artista, motivado por una perfección llevada a crear. Los productores de cachorros y los vendedores de perros están motivados por el deseo de hacer dinero. Estos últimos muestran su verdadera cara vendiendo cachorros como mercadería en un mostrador a cualquiera que pueda pagar su precio.
El criador es el lazo entre el pasado y el futuro. Debido a que es consciente que el comprador hoy, puede ser el criador de mañana, hace lo mejor por educar a la gente que viene a comprar sus perros y por inculcarles los ideales y valores sobre los que construyó su reputación.
Que afortunado es el comprador novato que adquiere su primer perro con un criador honrado.
Mientras los productores de cachorros pueden vender camadas enteras a los vendedores de perros, el criador insiste en contactos directos con los que comprarán su perro y vende solo después de tener una idea cuidadosa del posible comprador para asegurar la conveniencia mutua tanto del perro como del comprador.
Aunque no siempre se lo aprecia por completo hasta después de comprar el perro, esta idea obtenida por el criador es la mayor protección que un comprador de perro puede tener.
El productor de cachorros y el vendedor de perros son a menudo grandes vendedores. Nunca hacen preguntas, su única preocupación es vender perros y quitárselos de encima lo antes posible para evitar gastos y trabajo. Su interés termina cuando la venta está realizada.
La actitud de un criador es muy distinta. Aunque el costo para mantener correctamente sus perros le cause noches de insomnio y preocupaciones, nunca dejará un solo cachorro o perro viejo irse a una casa que no sea igual o mejor que la que él le brinda.
Incluso cuando el perro sea vendido, la ayuda y el consejo del criador no terminan sino que se continúan a través de la vida del perro, una responsabilidad aceptada alegremente por él sin esperar ningún tipo de recompensa.
Por Peggy Adamson
