Recuerdo con cariño nuestra primera monográfica; como espectadores, claro. Fue en Salamanca en el 95. Aquel año se había celebrado la Internacional de Primavera de Madrid en Collado Villalba, la ciudad donde residimos y, como ya teníamos un cocker, nos habíamos acercado a ver los que allí se exhibían. Como consecuencia decidimos buscar una compañera a nuestro Rambo y para ello conocer un poco mas el mundillo de los cocker, así que cuando compramos el Mundo Del Perro y vimos anunciado el cartel de la Monográfica no pensamos dos veces el viajar a verla.
El 16 de septiembre dejamos a los niños con mis suegros y a las nueve de la mañana ya estabamos en el Recinto Ferial de Salamanca. A esas horas los únicos coches que entraban por el portón eran los coches de los expositores, que llegaban temprano para preparar a sus perros, sus mesas etc., y nosotros, tan inocentes, allí nos pusimos en la fila de vehículos. ¡Y que pardillos fuimos!. Cuando una vez dentro nos pregunta un empleado de seguridad si éramos expositores, le contestamos que no. En cinco minutos estabamos de nuevo en la calle buscando un sitio para aparcar y una cafetería para desayunar, ya que hasta las once no se habría al publico.
Cuando conseguimos volver a entrar (aparte de la Monográfica del Spaniel Club, se desarrollaban otras actividades en el Recinto, y la cola era larga) ya habían empezado los juicios. Para mí fue una sensación emocionante reconocer caras que solo había visto en las revistas de perros y que casi eran como dioses.
Sin repasar el catalogo me acuerdo muy bien de que allí estaban presentando sus cachorros Cristina (Harmodius), Sabina (Tajmahal), Fumadó (Fuvens), José Manuel Infiesta (Infiesta) y por supuesto, ya que Salamanca es su ciudad, Antonio Galindo y Katia (Galican). Y los jueces de lujo: M. Gadsby (Afterglow), Miss Peggy Grayson (Westacres) y Miss Poppy Becker (Olanza). De varios cachorros me acuerdo perfectamente: Dino’s Pretty Choice, hembra dorada que aunque no completó el campeonato, ha dado a su dueña varios campeones; Castaña de Galican una perrita negra y fuego que al ser de nuestro color favorito, nos llamó mucho la atención. Y el que nos enamoró fue Asombro de Galican, un machito blanco y negro que era un autentico peluche. En esos momentos no nos fijábamos en aplomos, angulaciones ni líneas superiores, así que como no lo hemos vuelto a ver en competición quizá no reunía calidad suficiente y cuando Antonio lea esto tal vez sonría con nuestro acertado mal gusto…
Entre los jóvenes, dos pesos pesados de entonces, lo ganaban todo, todo. Lynwater Corn Crake (hoy campeón) macho dorado y D’Arom Moisa, hembra negra.
Y así llegamos al plato fuerte de las clases abiertas. Antonio Galindo y Katia acabaron el campeonato de Ch Mariano de Galican (macho negro) y Ch Flor de Galican (hembra dorada). El resto de triunfadores sólidos fueros para Ch Lujesa Houdini (macho dorado) y para Ch Falstack Magenta (hembra negra), que entonces comenzaría su reinado de varios años.
Recuerdo que Poppy Becker hizo una escabechina entre los machos negros, dando muy pocos excelentes, ya que su tipo de cocker parecía ser pequeño y menudo y llego a dar un Muy Bueno al que seria uno de los cocker mas premiados en España y en Europa Ch Harmodius Double Joy.
Entre los partis, Ch Courtmaster Witchdoctor, que llevaba pocas semanas en España, obtuvo el CAC ; y en hembras la ruana Ch Happy Harmony de Infiesta hizo lo propio.
Para terminar, el postre de ver los campeones, los veteranos (el ilustrísimo Ch Kandavu Flint), unas palabras con Pablo Termes, otras con Antonio Plaza, que nos contó que Goldi acababa de ser padre de una camada de nueve…y vuelta a casa, tarde, cansados y con la cabeza llena de perros e ilusiones.
Tal vez sea por esa ilusión del principiante, pero creo que aquellas monográficas de Salamanca fueron las mejores que ha organizado el Club (bueno junto, tal vez, con las de Aranjuez, pero esas no las he vivido), por nivel de perros y por ambiente entre los participantes y por publico.
Por supuesto al año siguiente volvimos, pero esta vez no como meros espectadores, sino como expositores, y nos divertimos un montón.
Pero eso ya es otra historia…