Del mismo modo que ocurre en el caso de los perros, todas las razas de gato que existen hoy en día se originaron a partir de un mismo antecesor salvaje: el gato salvaje africano (Felis lybica). Sin embargo, a diferencia de lo que sucede en el caso del perro, las razas de gato no presentan grandes diferencias con respecto a su antecesor salvaje. Esto es debido a que en el proceso evolutivo de las razas felinas el ser humano recién en los últimos años está desempeñando un rol importante. Desde el siamés al persa pasando por el abisinio y el angora existen en la actualidad más de 50 razas de gato.
Por el contrario las razas de gato presentan una gran uniformidad general de la forma felina. Por esta razón las razas de gato pueden clasificarse según dos tipos distintos. Uno de ellos es el cobby, que son gatos de cuerpo compacto y robusto, de cabeza ancha y redondeada y generalmente de talla media o superior. Entre los gatos cobby figuran el persa y el himalaya (pelo largo) y el british shorthair y el europeo (pelo corto). El otro tipo es el oriental, cuyos ejemplares presentan la forma de cuerpo opuesta a los cobby. Son gatos muy esbeltos de línea espigada y alargada. La cabeza es alargada y estrecha y son más livianos que los cobby. Las razas más típica del tipo oriental es el siamés.
En lo referente a las características de comportamiento de las distintas razas de gato, no es mucho lo que se ha estudiado. Por otro lado al igual que en lo referente a las características físicas existe menor variabilidad, en lo que a comportamiento se refiere, entre las distintas razas de gato en comparación con las distintas razas de perro. Además, sobre todo para el público general, aún son poco conocidas las razas de gato existentes en la actualidad. Por tales motivos la descripción de las razas felinas estará tanto orientada al aspecto físico de cada raza como al comportamental.