El Pastor de Saboya es un perro de orígenes muy antiguos. Fue empleado desde muy temprano como perro guardián de rebaños de vacas gracias a sus habilidades físicas y su carácter perfectamente adaptado a la vida de la montaña. La raza debe su nombre a la arquitecta suiza Mlle. Marcelle Bruder, quien adoptó un ejemplar en 1947 mientras visitaba la región. Pensando al principio que se trataba de un perro mestizo, más tarde comprendió que correspondía a una variedad canina bien definida. Así que fue ella quien lo llamó "Pastor de Saboya", simplemente porque lo había encontrado en Saboya. La denominación Berger des Alpes no llegó hasta mucho más tarde. El hombre ha jugado solo un pequeño papel en la configuración de sus características, que son principalmente el resultado de la selección natural.
Características físicas
Su pelaje: doble (presencia de subpelo asociado al pelaje externo), corto o mediano, de textura dura, espeso, denso y bien pegado al cuerpo.
Su color: negro y fuego o arlequín y fuego, con manchas blancas de intensidad variable.
Su cabeza: de tamaño mediano, bien proporcionada y en armonía con todo el cuerpo.
Sus orejas: de forma triangular, de tamaño mediano, dobladas y caídas a los lados. Están ligeramente erectos en su base cuando el perro está atento o en acción.
Sus ojos: avellana o azules en los perros con pelaje de arlequín, de tamaño bastante grande y de mirada amable, incluso un poco triste.
Su cuerpo :se puede escribir en un rectángulo, siendo su longitud mayor que su altura a la cruz.
Su cola: de altura media, se lleva enrollada como una hoz cuando el perro está atento.
El Pastor de Saboya tiene todas las cualidades de un perro de montaña. Es resistente, perseverante y vigilante . Utilizado para conducir y pastorear rebaños, se lleva muy bien con los animales y está atento a la más mínima sospecha cuando vigila la propiedad de su dueño. Muy cercano a él y a su familia, el Savoy Shepherd sabe mostrar afecto y es bastante juguetón . Inteligente y dócil , es un compañero agradable a la vez que es un compañero de trabajo al que le encanta ser útil.
No está hecho para vivir en un apartamento o en cualquier otro hábitat estrecho. Ama el trabajo, el espacio y la libertad y exige actividad y presencia de su maestro. Lo ideal para él sería vivir cerca de la naturaleza, en una casa con un gran jardín vallado.
Es un perro rústico, robusto, resistente y perfectamente adaptado al entorno de montaña. Con una capa doble, disfruta de una protección bastante buena contra el frío y el mal tiempo, pero sigue siendo sensible a las condiciones climáticas extremas como cualquier otro perro. Por tanto, es importante proporcionarle un buen refugio. No hay predisposición a una patología o anomalía en particular.
El Pastor de Saboya es un perro fácil de mantener. Existe poca información sobre su muda, pero de su doble pelaje y su origen serrano podemos deducir que es probable que experimente 2 mudas anuales en primavera y otoño.