El año pasado, un grupo de investigadores del Centro de
Comportamiento Animal de la Facultad de Psicología de Queen's
University, en Belfast, realizó un estudio para analizar la relación
entre la preferencia de pata y el estado de ánimo optimista o pesimista de un perro. Los resultados del estudio fueron publicados en Journal of Comparative Psychology.
Los resultados del estudio sugieren que los perros que utilizan su pata izquierda son propensos al pesimismo
Los investigadores evaluaron las preferencias de pata de 30 perros
por medio de la "prueba de bola de Kong" que evaluaba qué pata
utilizaban los perros para estabilizar un Kong con alimento.
Los autores del estudio obtuvieron la siguiente conclusión a través de sus descubrimientos:
"El estudio indica una posible relación entre el sesgo
cognitivo y la preferencia de pata del perro, en el cual los animales
que utilizaban la pata izquierda eran más negativos o 'pesimistas' en su
perspectiva cognitiva, en comparación con los que utilizaban la pata
derecha o eran ambidiestros.
Se ha planteado que las pruebas de preferencia de extremidades
podrían proporcionar una forma más práctica y directa de identificar a
las personas en riesgo de tener un bienestar deficiente, en función de
cómo perciben el mundo, que las pruebas de sesgo cognitivo que requieren
más tiempo".
Si te preguntas por qué la preferencia de pata izquierda o derecha de
tu perro está relacionada con su estado emocional, es una cuestión de
los hemisferios izquierdo-derecho.
Así es como Karen London, PhD, especialista certificada en
comportamiento animal lo explica en un artículo reciente para la revista
Bark:
"La tendencia de un animal a una reacción negativa o positiva
hacia el mundo está relacionada con qué hemisferio del cerebro es el más
dominante. El procesamiento emocional que se realiza en cada lado del
cerebro es diferente.
El lado izquierdo del cerebro inhibe el miedo, por lo que es
más probable que lo estimule explorar sus alrededores y hacia nuevos
estímulos.Es más probable que el lado derecho del cerebro promueva la
supresión de nuevos estímulos y procese datos de temor.
Debido a que cada lado del cuerpo es controlado por el
hemisferio opuesto del cerebro, los perros que emplean la pata izquierda
son más propensos a utilizar el lado derecho del cerebro con mayor
frecuencia y los perros que emplean la pata derecha están más inclinados
a utilizar el lado izquierdo más consistentemente.
Eso significa que los perros que usan su pata izquierda tienen
un mayor riesgo de presentar problemas emocionales en situaciones
difíciles".
Con base en estos resultados, en un mundo ideal, todos los perros
emplearían la pata derecha y utilizarían el hemisferio izquierdo.
El estudio de seguimiento demuestra que la preferencia de pata depende de la actividad
Curiosamente, un estudio posterior realizado por el mismo equipo de conductistas animales confundió un poco la cuestión.
Al parecer los estudios anteriores sobre la preferencia de
pata--incluyendo el que describí anteriormente--solo recurrieron a una
prueba única (la prueba de la bola de Kong) para determinar la
preferencia de pata.
Eso significa que realmente no tenemos la certeza de si los perros
manifiestan alguna preferencia consistente en sus patas, o si la pata
que prefieren cambia en función de la actividad que realizan. Por
ejemplo, tal vez los perros que utilizan constantemente su pata derecha
para estabilizar un Kong lleno de premios son más propensos a guiarse
con su pata izquierda cuando comienzan a bajar un tramo de escaleras.
Para su estudio de seguimiento, los investigadores evaluaron la
preferencia de pata con cuatro pruebas diferentes en 32 perros, y
repitieron el estudio seis meses después con un grupo más pequeño de los
mismos perros, para verificar las preferencias a lo largo del tiempo.
Las cuatro pruebas incluyeron a la Prueba de la bola Kong descrita
anteriormente, la Prueba de Cinta para saber qué pata utilizaban los
perros para tratar de quitar una pequeña cinta adhesiva pegada a su
nariz, la Prueba de Levantamiento de Pata para saber qué pata utilizaban
para "dar la pata", y la Prueba del Primer Paso para saber qué pata
empleaban más cuando bajaban un escalón.
Cada una de estas cuatro pruebas incluyó múltiples solicitudes de uso de pata para evaluar la fuerza y dirección de preferencia.
Los resultados del estudio demostraron que los perros manifestaban
una preferencia definida de pata en las pruebas de bola Kong y
Levantamiento de Pata, pero estaban significativamente más inclinados a
utilizar cualquier pata en las pruebas de Cinta y Primer Paso.
Curiosamente, una mayoría de hembras utilizó su pata derecha en la
Prueba de Levantamiento de Pata, mientras que los machos eran más
propensos, ya sea a levantar cualquier pata o emplear su pata izquierda.
Según los autores del estudio:
"Estos hallazgos sugieren que la preferencia de pata en los
perros no es consistente entre las actividades, aunque si es constante a
lo largo del tiempo. El estudio plantea preguntas sobre qué prueba de
preferencia de pata es la más adecuada para hacer el análisis".
Los resultados indican que tal vez no haya una verdadera "tendencia
de pata" en los perros, lo que significa que es posible que no sea un
buen indicador del estado de ánimo optimista o pesimista de un perro.
¿Acaso te preguntas si tu perro es optimista o pesimista?
La creencia popular sostiene que los animales que demuestran una
mayor expectativa de resultados positivos son optimistas, mientras que
los que están más inclinados a resultados negativos son pesimistas.
Hace algunos años, un estudio de la Universidad de Sídney evaluó el estado de optimismo en 40 perros de diversas razas y edades. Los investigadores reprodujeron dos tonos para los perros, los cuales tenían dos octavas de diferencia.
A los perros se les enseñó que si tocaban un objetivo cuando se
reproducía uno de los tonos, obtendrían leche (la cual preferían) como
recompensa. Al tocar el objetivo cuando sonaba el otro tono solo les
proporcionaría agua.
Una vez que los perros aprendieron a diferenciar los dos tonos, los
investigadores tocaron tonos situados entre las dos octavas. Algunos
perros tocaron el objetivo repetidamente cuando escuchaban los tonos
ambiguos, por lo cual fueron considerados optimistas, porque seguían
esperando que los tonos ambiguos dieran como resultado una recompensa.
Pero algunos de los perros se pusieron ansiosos cuando los tonos
ambiguos no produjeron la recompensa de la leche, y rápidamente se
dieron por vencidos. Según la Dra. Melissa Starling de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Sídney y autora principal del estudio:
"Los perros pesimistas parecían estar mucho más estresados
por fallar en la tarea que los perros optimistas. Se quejaban y
rondaban, y evitaban repetir la actividad, mientras los perros
optimistas se mostraban imperturbables y continuaban".
Los autores del estudio consideran que los perros pesimistas no son
infelices—simplemente, están más cómodos con seguir una rutina
predecible y necesitan ser estimulados para intentar actividades nuevas.
¿Podrían algunos perros ser realmente pesimistas... o solo son realistas?
Marc Bekoff, profesor emérito de la Universidad de Colorado y
especialista en comportamiento animal reconocido a nivel internacional,
no está seguro de si los perros que dejaron de intentar responder a los
tonos ambiguos podrían etiquetarse como pesimistas. Especula que tal vez
solo eran realistas, por lo que dejaron de buscar la recompensa de
leche que nunca obtendrían.
Bekoff sugiere que un perro que en verdad es pesimista patológico
podría generalizar su fracaso en la tarea de la leche y el agua, y
seguir demostrando menos interés en otras tareas que no están
relacionadas con la recompensa. No obstante, sí cree que los perros
exhiben rasgos de personalidad optimista o pesimista--en especial los perros que fueron maltrados en sus primeras etapas de vida.
Esos animales, indica Bekoff:
"... realmente no se esforzarán tan arduamente para obtener
cariño o afecto, debido a que han fallado antes. Considero que está
perfectamente justificado decir que hay perros optimistas y
pesimistas--y que las personas podrían cambiar su comportamiento".
En mi experiencia, casi siempre hay una razón para el comportamiento
inapropiado de un perro, incapacidad para adaptarse a ciertas
situaciones, o "pesimismo". Algunas veces nunca llegamos a conocer cuál
es el motivo, en particular con una mascota que llega nuestra vida
siendo un adulto.