Los perros han formado parte de la guerra desde que los humanos han luchando unos contra otros. Pero en los Estados Unidos, los perros militares jugaron papeles en su mayoría como mascotas y mensajeros hasta la Primera Guerra Mundial. Durante la Gran Guerra, los perros vieron como su papel evolucionó en el frente. Un perro, llamado Stubby, se convirtió en un héroe de guerra nacional.
Stubby luchó en el Argonne, sobrevivió a los ataques con gas, e incluso capturó una Cruz de Hierro alemana, según cuentan las historias sobre este perro héroe. Después de la guerra, Stubby conoció tres presidentes y fue galardonado con una medalla especial por el general Pershing Blackjack. Después de que Stubby muriera en 1926, sus restos se conservaron y se envíaron a la Smithsonian.
Pero un cuerpo canino organizado no surgió hasta la Segunda Guerra Mundial, donde hubo un reclutamiento masivo "voluntario" de perros en el primer K-9 Corps del Ejercito. En realidad, los dueños de mascotas prestaron sus perros para el esfuerzo de guerra y llevar a cabo tareas como la patrulla, la detección de minas, de guardia, y la entrega de mensajes.
Los perros de este primer K-9 hicieron de ocho a 12 semanas de entrenamiento básico antes de que ser desplegados. Cerca de 18.000 perros fueron aceptados para entrenamiento, pero 8000 no llegaron al servicio activo.
De acuerdo con la página web del Ejército, los perros estaban destinados a ser utilizados en zonas de retaguardia bajo el mando del Cuerpo de Intendencia. depósitos de abastecimiento y otras instalaciones necesarias para ser protegidos en el interior. Sin embargo, en 1943 y 1944, algunos perros fueron enviados a Europa y Asia en 15 pelotones de perros.
Sólo se utilizaron siete razas: Pastores, Doberman, Pastor Belga, Huskies Siberianos, Collies de trabajo, Perros Esquimales y Malamutes.
Los perros se portaron heroicamente en las patrullas y en la batalla. Y el mejor perro, en el K-9, al menos en términos de publicidad, fue Chips, un Collie con mezcla de Husky donado por Edward J. Wren de Pleasantville, Nueva York.
Chips desmbarco a principios de 1943. Fue perro de guarda en la conferencia de Roosevelt-Churchill en Casablanca. Luego participó en la batalla durante la invasión de Sicilia, cuando se separó de su entrenador y atacó a un nido de ametralladoras.
El perro fue herido en el ataque, pero eliminó cuatro soldados enemigos, que fueron capturados. Más tarde ayudó a capturar a 10 combatientes enemigos en otra patrulla en el mismo día.
Como recompensa, en noviembre de 1943, Chips recibió una Estrella de Plata, Cruz de Servicio Distinguido, y El Corazón Púrpura. Pero la publicidad sobre Chips y sus medallas molestaron a un comandante nacional que tambien poseía el Corazón Púrpura.
William Thomas protestó al presidente Franklin Roosevelt y al Departamento de Guerra, y se convirtió en el tema de discusión en el Congreso.
Actualmente, esta ampliamente probado que fue despojado de su Corazón Púrpura y de la Estrella de Plata, por ser un perro, pero relato contemporánea nos cuenta una historia diferente:
En febrero de 1944, la revista Time informó que el mayor general James A. Ulio declaró que a Chips se le permitió mantener sus medallas, pero que no habría más medallas para los perros de cara al futuro.
Además, dos historias llegadas por cable entre enero de 1944 y febrero de 1944 indican que a Chips se adjudicaron las tres medallas, pero en dos momentos diferentes.
La AP informó el 14 de enero de 1944, que Chips había sido galardonado con la Cruz de Servicio Distinguido, y que había recibido el Corazón Púrpura y la Estrella de Plata el 19 de noviembre de 1943.
Luego, el 16 de febrero de 1944, la agencia de noticias informó que después de la protesta de Thomas, recibió una carta del militar que indicó que Chips mantenía la Estrella de Plata, pero no habría más medallas otorgadas a los perros.
Chips solamente sobrevivió siete meses después de su baja del Ejército al final de la guerra en 1945.
En su obituario, se lee que la razón por la que Chips fue enviado al Ejercito por su familia fue que mordió a un basurero en Pleasantville.
In 1942, the U.S. Army officially started its K-9 Corps, which featured a legendary canine war hero that was awarded the Purple Heart—amid much controversy.
Dogs have been a part of warfare for as long as people have been fighting each other. But in the United States, military dogs served roles mostly as mascots and messengers up until World War I.
During the Great War, dogs saw an evolving role on the front. One dog, named Stubby, became a national war hero.
Stubby fought in the Argonne, survived gas attacks, and even captured a German Iron Cross, according to tales told about the dog hero. After the war, Stubby met three presidents and was awarded a special medal by General Blackjack Pershing. After Stubby died in 1926, his remains were preserved and sent on to the Smithsonian.
But an organized dog division didn’t emerge until World War II, where there was a mass “volunteer” enlistment of canines in the first-ever K-9 Corps in the military. Actually, the pet owners agreed to lend their dogs to the war effort to perform tasks like patrol duty, mine detection, sentry duty, and message carrying.
The dogs in the first K-9 Corps did eight to 12 weeks of basic training before they were deployed. About 18,000 dogs were accepted into boot camp, but 8,000 didn’t make it to active duty.
According to the Army’s website, the dogs were intended to be used closer to home under command of the Quartermaster Corps. Supply depots and other facilities needed to be protected on the home front. However, in 1943 and 1944, some dogs shipped out for Europe and Asia in 15 dog platoons.
Only seven breeds were used: Shepherds, Doberman Pinschers, Belgian Sheep Dogs, Siberian huskies, farm collies, Eskimo dogs, and Malamutes.
The dogs performed heroically on patrol and in battle. And the top dog, in the K-9 Corps, at least in terms of publicity, was Chips, a Shepherd-Collie-Husky mix donated by Edward J. Wren of Pleasantville, New York.
Chips shipped out in early 1943. He was a guard dog at the Roosevelt-Churchill conference in Casablanca. He then saw battle during the invasion of Sicily, when he broke away from his handler and attacked a machine-gun nest.
The dog was wounded in the attack but flushed out four enemy soldiers, who were captured. Chips later helped to capture 10 enemy combatants on another patrol—on the same day.
As a reward, in November 1943, Chips received a Silver Star, Distinguished Service Cross, and Purple Heart. But the publicity about Chips and his medals upset a Purple Heart national commander.
William Thomas protested to President Franklin Roosevelt and to the War Department, and it became the subject of discussion in Congress.
Today, it is widely reported that Chips was stripped of his Purple Heart and Silver Star, because he was a dog, but one contemporary account tells a different story
In February 1944, Time magazine reported that Major General James A. Ulio said Chips was allowed to keep his medals, but that no more medals would be awarded to dogs going forward.
In addition, two wire service stories from January 1944 and February 1944 indicate the Chips was awarded the three medals, but at two different times.
The AP reported on January 14, 1944 that Chips had been awarded the Distinguished Service Cross, and that Chips had received the Purple Heart and Silver Star on November 19, 1943.
Then on February 16, 1944, the wire service reported that after a protest from Thomas, he received a letter from the military that indicated that Chips was keeping his Silver Star, but no more medals would be awarded to dogs.
Chips was also well known for another public incident. Later in the war, he was personally congratulated by General Dwight Eisenhower for his heroics in battle. But when the future president bent down to pet Chips, the dog bit him (as he was trained to do when confronting an unknown person).
Chips only survived seven months after his discharge from the Army at the end of the war in 1945.
In his obituary, it was noted that the reason Chips was sent to the military by his family was that he bit a garbage collector in Pleasantville.