Este es un poema escrito por T.S. Eliot (poeta y dramaturgo anglo-estadounidense), traducido y publicado al español por Jorge L. Borges, en donde habla de una cuestión a la que todo propietario de un gato tiene que enfrentarse: ¿que nombre ponerle? que no siempre es una tarea fácil.
“Ponerle nombre a un gato es harto complicado,
desde luego no es un juego para los muy simplones.
Pueden pensar ustedes que estoy algo chiflado cuando digo que al menos ha de tener tres nombres.
Lo primero es el nombre que le damos a diario;
como Pedro, Alonso, Augusto o Don Bigote;
Como Víctor o Jorge o el simpático Paco.
Todos ellos son nombres bastante razonables. Los hay más bonitos y que suenan mejor para las damas y los caballeros,
como Admetus, Electra, Démeter, o Platón,
pero todos son nombres demasiados discretos.
Y un gato ha de tener uno más especial,
que sea peculiar, algo más digno.
¿Cómo, si no, va a alzar su rabo vertical o atusar sus bigotes y mantenerse altivo?
De nombres de este tipo os puedo dar un quórum
como son Mankostrop, Quoricopat o Qaxo,
también Bamboliurina o, si no, Yellylorum;
son nombres que jamás compartirán dos gatos.
Pero a pesar de todo, nos queda un nombre más,
y ése es el que tú nunca podrás adivinar,
el nombre que los hombres jamás encontrarán.
Que SÓLO EL GATO LO SABE y no confesará.
Si ves un gato en meditación,
el motivo nunca te asombre.
Su mente está en contemplación
de la Idea Una de su nombre.
Su inefable, efable,
efainefable,
único, oscuro, inescrutable Nombre”.
Publicado en Gatos Domésticos