Cuando hacemos que el perro use la nariz estamos planteándole retos, es decir, problemas auto satisfactorios para el perro cuando los resuelve.
Aquí tenéis algunos ejemplos de juegos de nariz, pero usad vuestra imaginación:
1. Esparcir comida: tanto por el suelo de la casa o por la hierba en un parque y pedirle que la busque. Se puede aumentar la dificultad poniéndola en diferentes alturas, que el perro se dé cuenta que no sólo puede encontrarla pegando la nariz al suelo.
2. Esconder un juguete: usa un juguete que le guste mucho, como puede ser la pelota, para escondérselo y pedirle que lo encuentre. Si la motivación por el juguete es alta, verás que estará buscándolo durante un buen rato aumentando su concentración en el juego.
3. Obstáculos: monta un recorrido con cajas, sillas, mesas y obstáculos varios (usa la imaginación) para que el perro tenga que pasar entre ellos buscando los trozos de comida que hayas escondido.
4. En una zona de espacio abierto, haz que el perro busque a una persona que previamente se haya escondido. Cuando la encuentre que juegue un rato con dicha persona.
Es importante enseñarle a jugar: al principio ponerle los retos fáciles (incluso que vea los objetos) para que su motivación por el juego aumente e ir incrementando el nivel de dificultad a la vez que veamos progresos en el perro.
Estos ejercicios son una buena forma de estimular al perro con diversión por ambas partes creando un estrecho vínculo entre perro y dueño.