Historia de la raza Ragdoll
El nombre Ragdoll tiene el significado, en inglés, de «muñeca de trapo» y hace alusión al carácter tremendamente dócil de esta raza. Cuando se les toma en brazos relajan el cuerpo tal y como si fuesen muñecas de trapo.
El Ragdoll es el resultado de mutaciones espontáneas, pero, también, de la cría selectiva. En estos programas participaron razas como el Siamés, el Persa o el Birmano. Su origen se sitúa en la década de 1960 en los Estados Unidos, en concreto en California.
Se produjeron tras cruces con gatos de Angora. Lo que sí se sabe es que el macho era grande, de pelo semilargo y ojos de color azul. Su criadora patentó la raza. La Federación Internacional Felina lo incluye en la categoría I.
Características del Ragdoll
Se trata de un gato de aspecto fuerte, de pecho ancho y cuerpo bien musculado. La cabeza es mediana, ancha y tiene forma de cuña. Las orejas son redondeadas y se disponen separadas. Los ojos son grandes, ovalados y de color azul. El pelaje es largo o semilargo y cuenta con dos capas. Es denso, sedoso y de tacto suave. Le confiere aspecto de peluche.
Alrededor del cuello posee una mayor longitud y parece formar un babero rodeando la cabeza. En cambio, en la cara es más corto y va aumentando hacia la parte superior de la cabeza, la zona de la cruz y el lomo. La longitud oscila de media a larga en los flancos, el vientre y los cuartos traseros. En las patas delanteras esta longitud del pelo se ve reducida.
Se presenta en varios patrones, como el colourpoint típico de los Siamés, el bicolor o el mitted, que implica color blanco en la zona del mentón y en los guantes. En cuanto a los colores, estos gatos pueden ser color foca, azul, chocolate, lila, crema, rojo o atigrado. Por último, anotar que tardan varios años en alcanzar su desarrollo físico completo.
Temperamento
Como ya deja claro su nombre, se trata de una raza felina que destaca por su docilidad. Son gatos tan dóciles y tranquilos que incluso pueden verse en situaciones de peligro sin que aparezca el más mínimo instinto de defensa. Además, se apegan fuertemente a sus cuidadores y adoran estar acompañados.
Son muy sociables y cariñosos y les gusta seguir a sus cuidadores por todas las estancias del hogar. Por eso no son los gatos más recomendables si nunca estamos en casa. También suelen aceptar las atenciones de los desconocidos. Por otra parte, son muy inteligentes. No suelen maullar y, si lo hacen, emplean un tono muy bajo.
Pueden hacer muy buenas migas con los niños y convertirse en compañeros de juegos. Son muy pacíficos y no van a reaccionar de forma agresiva. También es posible que acepten compartir hogar con perros e incluso se considera conveniente que disfruten de la compañía de otro gato. Tienen un nivel medio de energía.
Cuidado de un gato Ragdoll
Si le proporcionamos acceso al exterior, debemos hacerlo con todas las garantías de seguridad, ya que podría sufrir daños dado su bajo instinto de defensa. Se recomienda mantenerlo protegido en el interior del hogar, eso sí, adaptándolo para permitirle desarrollar todas sus actividades naturales como trepar, jugar, rascar o esconderse en las alturas.
Rascadores verticales, estanterías o hamacas estratégicamente distribuidas se recomiendan para cualquier hogar con felino. Hay que dedicarle a diario un tiempo para el juego compartido. Con estas atenciones y espacio conseguiremos mantenerlo entretenido y estimulado tanto a nivel físico como mental.
En cuanto al pelaje, solo requiere cepillados de vez en cuando, aumentando la frecuencia durante la muda. Acepta de buen grado estas sesiones. Es importante eliminar el pelo muerto. Si el gato ingiere demasiado durante su acicalamiento podrían formarse bolas de pelo. Estas ocasionan molestias gastrointestinales e incluso obstrucciones.
Salud
Los Ragdoll se consideran gatos de buena salud. Pero es posible que tengan predisposición a sufrir cardiomiopatía hipertrófica, un engrosamiento del corazón, y poliquistosis renal. También se detectan problemas a nivel urinario. Para prevenirlos se recomienda una alimentación de calidad y, especialmente, una buena hidratación.
Así, si consumen pienso, conviene ofrecerles también alimentación húmeda. Además, hay que controlar que se encuentren en su peso ideal. Para ello debemos respetar la ración diaria recomendada, no excedernos en los premios y animarlos a hacer ejercicio. Como en todos los gatos de pelo largo, es importante evitar la formación de las bolas de pelo.
A ello ayuda, no solo el cepillado, sino una dieta con suficiente fibra y, de nuevo, hidratación y ejercicio, ya que constituyen la base del buen tránsito gastrointestinal. También puede ofrecerse malta regularmente. En cuanto al aspecto psicológico, no llevan bien la soledad. Pueden surgir problemas de comportamiento si pasan horas solos.