En todo caso, el perro adulto está más asentado, tiene más facilidad para concentrarse y es mucho más tranquilo que un cachorro. Su capacidad para aprender es la misma independientemente de su edad: el perro NUNCA QUIERE DEJAR DE APRENDER.
Todo perro necesita ejercicio, aunque muchas personas no sean conscientes de ello. Es un perro lleno de energía y es bueno que se canse. En caso contrario será incapaz de mantener su atención. Por otra parte, el ejercicio te ayudará a evitar que se ponga a ladrar por nerviosismo o que destroce tus cosas.
Es importante que pongas unas normas y que dejes claro lo que aceptas y no aceptas de tu perro. ¿Está permitido que suba al sofá? Si la respuesta es no, que SIEMPRE sea NO. Jamás des tu brazo a torcer. Las normas no deben cambiar por muy adorable que sea tu mascota.
La recompensa es lo principal. Si tu perro te da la patita, deja de ladrar cuando se lo dices, no tira de la correa o acude cuando lo llamas, dale una recompensa. Puedes ir variando el tipo de recompensa que le des cada vez que se porte bien.
¿Te das cuenta de lo fácil que es educar a un perro adulto? Debes hacer que haga ejercicio para que esté tranquilo, poner unas normas y marcar una rutina, y darle una recompensa cada vez que haga algo bien. Igual que a ti te gusta que te premien cuando haces algo bien, lo mismo le ocurre a tu perro.