Pregunté qué comían los lobos y uno de los biólogos me dijo que el departamento de carreteras traía ciervos muertos un par de veces a la semana. Arrojaban el cadáver entero y dejaban que los lobos lo desgarraran y devoraran como lo harían en la naturaleza. Pensé que esto podría ser una buena oportunidad para una cámara operada a distancia. La llamé "La Carcasscam" [en alusión a la "carcasa" o cuerpo del animal muerto].
Esta vez, se acercaron a comer de cara a la cámara, con sus patas heladas sin despegarse de la nieve. Esta foto se hizo en el momento en que la loba alfa, una hembra, gruñía a sus compañeros de manada para que se alejaran hasta que hubiera comido hasta saciarse. La pequeña zona borrosa en su garganta era donde había lamido el puerto de la lente, tratando de averiguar qué era antes de desgarrar su comida".