HOLA AMIGOS


Bienvenidos a mi blog. Este será un sitio dedicado a la raza que me apasiona, el cocker spaniel ingles, y en general a todos los perros, con raza o sin ella. Aquí iré colgando temas relacionados con ellos, con los cocker y todo aquello que me parezca interesante, sobre veterinaria, etología etc...

Encontrarás que algunos artículos sobre el cocker son un poco técnicos, pero la mayoría son para todos los públicos. ¡No te desanimes !



Agradecimiento:

Me gustaría agradecer a todas las personas que nos han ayudado, explicado y aguantado tantas y tantas cosas, y que han hecho que nuestra afición persista.

En especial a Pablo Termes, que nos abrió su casa de par en par y nos regaló jugosas tardes en su porche contando innumerables “batallitas de perros”. Suyas fueron nuestras dos primeras perras y suya es buena parte de culpa de nuestra afición. A Antonio Plaza y Alicia, también por su hospitalidad, su cercanía, y su inestimable ayuda cada vez que la hemos necesitado. También por dejarnos usar sus sementales, casi nada. Y a todos los criadores y propietarios que en algún momento, o en muchos, han respondido a nuestras dudas con amabilidad.

Y, por supuesto, a Rambo, Cibeles y Maripepa, a Chulapa y Chulapita, y a Trufa, como no, y a todos los perros con pedigrí o sin el, con raza o sin ella por ser tan geniales.

Muchas gracias


Te estaré muy agradecido si después me dejas tus impresiones en forma de comentario.

Espero que te guste y que vuelvas pronto.



PARA LA REALIZACIÓN DE ESTE BLOG NINGÚN ANIMAL FUE MALTRATADO




miércoles, 4 de octubre de 2023

EL GATO DEL CEMENTERIO. CUENTO


Era un gato viejo y negro, que tenía algunos años viviendo en ese cementerio, conocía todas las tumbas y con gran orgullo podía decir que ya había dormido varias siestas en muchas de ellas.
Pero hubo un día en que el viejo minino contempló un extraño suceso, había un fantasma sentado encima de una de las lapidas de aquel cementerio.
El gato contempló al fantasma, pero el fantasma sólo contemplaba el cielo.
Fueron varios los días y las semanas en las que el fantasma se la pasaba sentado viendo al firmamento, ya fuera de noche o en un día muy nublado. El viejo gato también buscaba en el cielo aquello que con tanta fascinación tenía embobado al fantasma, pero el gato nunca logró encontrar nada que fuera peculiar para sus gatunos ojos.


Pasaron uno y dos años, tres y cuatro más… y el gato se volvió más lento y dormilón. El fantasma en cambio seguía como estaba y donde estaba, con la cabeza apuntando hacia el cielo y sentado encima de aquella tumba.
Un cierto día en que hacía mucho frío y mucha neblina, el gato sintió sus huesos congelados, también cansados, caminaba lento y tenía mucho mucho sueño, tanto como no había tenido en toda su vida. Decidió que tomaría una siesta, llego a una tumba, dio un par de vueltas en círculo y cayó rendido. El gato comenzó a temblar y se dio cuenta que no se despertaría mas, abrió por última vez sus ojos y miró con asombro que la tumba que había escogido para tener su última siesta era la de aquel fantasma que ya no seguía viendo el cielo, ahora lo veía a él. El fantasma entonces extendió una de sus manos y acarició al gato y el gato dejó de temblar, ya no tuvo frió.


Ese día nublado se escuchó algo en aquel cementerio y si hubiera habido alguien más a parte de los muertos lo hubiera escuchado con facilidad.
"Te esperé durante mucho tiempo mi despistado y dormilón minino" 


Créditos a su autor.