HOLA AMIGOS


Bienvenidos a mi blog. Este será un sitio dedicado a la raza que me apasiona, el cocker spaniel ingles, y en general a todos los perros, con raza o sin ella. Aquí iré colgando temas relacionados con ellos, con los cocker y todo aquello que me parezca interesante, sobre veterinaria, etología etc...

Encontrarás que algunos artículos sobre el cocker son un poco técnicos, pero la mayoría son para todos los públicos. ¡No te desanimes !



Agradecimiento:

Me gustaría agradecer a todas las personas que nos han ayudado, explicado y aguantado tantas y tantas cosas, y que han hecho que nuestra afición persista.

En especial a Pablo Termes, que nos abrió su casa de par en par y nos regaló jugosas tardes en su porche contando innumerables “batallitas de perros”. Suyas fueron nuestras dos primeras perras y suya es buena parte de culpa de nuestra afición. A Antonio Plaza y Alicia, también por su hospitalidad, su cercanía, y su inestimable ayuda cada vez que la hemos necesitado. También por dejarnos usar sus sementales, casi nada. Y a todos los criadores y propietarios que en algún momento, o en muchos, han respondido a nuestras dudas con amabilidad.

Y, por supuesto, a Rambo, Cibeles y Maripepa, a Chulapa y Chulapita, y a Trufa, como no, y a todos los perros con pedigrí o sin el, con raza o sin ella por ser tan geniales.

Muchas gracias


Te estaré muy agradecido si después me dejas tus impresiones en forma de comentario.

Espero que te guste y que vuelvas pronto.



PARA LA REALIZACIÓN DE ESTE BLOG NINGÚN ANIMAL FUE MALTRATADO




miércoles, 14 de octubre de 2015

RED BRUCIE. CAMBIANDO AL COCKER PARA SIEMPRE (SPANISH & ENGLISH)

El Cocker Spaniel negro Ch. My Own Brucie Best In Show en Westminster Kennel Club en 1940 y 1941

Independientemente de sus logros, pocos perros de exposición alcanzan reconocimiento general. Ch. My Own Brucie fue una excepción. En 1941, su fama atravesaba todos los estratos de la cultura americana. Por desgracia, esta abrumadora popularidad eclipsó la importancia de su padre, Red Brucie.
Desde la perspectiva de un criador, Red Brucie era un sueño hecho realidad. Su hijo fue la guinda del pastel. Y fue  una guinda muy jugosa. Después de su segunda victoria en Westminster, la efusiva reseña de Arthur Roland en el informe del New York Sun capturó la reacción del público hacia esta súper estrella canina. "Hubo una increíble unanimidad en que era, con mucho, el mejor de todos los Westminsters. Ninguna mejor evidencia podría ser necesaria más que el hecho de que a pesar de que estaba cerca de la medianoche, cuando se llegó a la final, la multitud permaneció impasible hasta que Joseph Sims tomó la decisión y colmó de los mayores honores al Ch.My Own Brucie, el perro que más y más personas están dispuestas a aceptar como el más grande cocker de aquel tiempo ".

A través de su increíble carrera, My Own Brucie fue propiedad y presentado por su criador Herman Mellenthin. Criado en el Medio Oeste a principio de los 90, Mellenthin recuerda con cariño a los cocker como versátiles y resistentes perros de caza. Veinte años después, la realidad había reorientado sus sueños de convertirse en un entrenador de caballos profesional. Bienes raíces y seguros pagan sus cuentas, pero nunca perdió su pasión por la cría selectiva. Además de los perros, cultivó con éxito cepas de rosas y peonías.



Los cocker estaban en retroceso en tipo y calidad en ese momento. Un largo, pesado y bajo,mas del tipo de un Field spaniel era la silueta predominante del cocker, a pesar de sus inconvenientes en las condiciones de caza estadounidenses. Como los cocker perdieron el favor como perros de caza, el tipo se fue fragmentado en líneas cada vez más extremas. La creciente reputación de timidez e imprevisibilidad también minó su popularidad como perro de compañia.
Mellinthin se comprometió a reactivar el exuberante, dócil y resistente carácter del cocker, que había inspirado su devoción a la raza durante toda su vida. Desde un punto de vista genético, era una tarea gigantesca. Se requería una paciencia infinita y una increíble cantidad de cría experimental para identificar perros y combinaciones de cría que transmiten de forma fiable esos rasgos.
Su perro definitivo nació el 8 de junio de 1921.-alta de patas y de corta espalda, Red Brucie era radicalmente diferente del tipo de cocker imperante de la época. Pero su potencial de éxito en el ring era inmaterial. Sus primeras camadas confirmaron que él era el ingrediente que faltaba en la receta de Mellenthin del tipo de cocker ideal. Hizo un  linebreeding de nuevo con Red Brucie durante otra década para perfeccionarlo. Durante esos años Mellenthin ayudó a establecer las pruebas de campo para cocker, trabajó como delegado del AKC, se convirtió en un juez respetado y produjo varios ganadores top, junto con el primer doble campeón de la raza. Su programa de cría requería un montón de atención, pero que nunca fue lo principal en su agenda.


My Own Brucie

 Red Brucie

Red Brucie tenia casi 14 años cuando fue padre de Ch. My Own Brucie en 1935. Y murió ese mismo año. Para entonces, Mellenthin sabía que estaba en el camino correcto. El resto del mundo pronto le dio la razón. En junio de 1939, Arthur Frederick Jones hacia un reportaje sobre el programa de cría de Mellenthin en The Gazette. En lugar de ser un bombo autocomplaciente, la entrevista fue una bomba.
Jones describió la extrema dedicación de Mellenthin como una religión más que un pasatiempo. "Su misión especial está llevando su luz en los reinos más oscuros del mundo del perro". En respuesta, Mellenthin admitió con franqueza su frustración. "No hay duda de que Red Brucie tuvo un gran papel en la raza. Tenía en abundancia todas las cualidades que necesitamos para iniciar el cocker spaniel de nuevo en el camino correcto. Pero su sangre no es mágica. "En su opinión, este rompedor ha hecho más daño que bien a la raza. "Quiero decir que los criadores no pensantes simplemente tratar de conseguir el linaje de Brucie en sus perreras y olvidarse de todo lo demás que constituye reproducción exitosa." Para entonces,sul nombre se había convertido en una mercancía vendible.



Ch. My Own Brucie hizo historia en las exposiciones caninas y convirtió al cocker en la raza más popular de Estados Unidos. En 1941 se convirtió en uno de los pocos ganadores por dos veces de Westminster, y entonces se abrieron las compuertas. Años de cría de moda, casi destruyeron el cocker. En 1939 Mellenthin pudo ver que su sueño se estaba convirtiendo en una pesadilla. Su repentina muerte en 1942 a los 53 años fue trágica, pero en ese sentido, la calificó como una bendición.





Escrito por Amy Fernandez en Canine Chronicle






Red Brucie – Changing Cockers Forever

By Amy Fernandez
Regardless of their accomplishments, few show dogs attain mainstream recognition. Ch. My Own Brucie was an exception. By 1941, his fame cut across every strata of American culture. Unfortunately, his overwhelming celebrity eclipsed the importance of his sire, Red Brucie.
From a breeder’s standpoint, Red Brucie was a dream come true. His son was the icing on the cake. But it was pretty nice icing. After his second Westminster victory, Arthur Roland’s effusive report in the New York Sun report captured public reaction to this canine superstar. “There was amazing unanimity that it was by far the best of all Westminsters. No better evidence could be required than the fact that although it was close to midnight when the final was reached, the crowd held solid until Joseph Sims made the decision and heaped even greater honors on Ch. My Own Brucie,  the dog which more and more people are ready to agree is the greatest Cocker of that time.”

Through out his incredible career, My Own Brucie was owner/ handled by his breeder Herman Mellenthin. Growing up in the Midwest in the early 1900s, Mellenthin fondly remembered Cockers as versatile, sturdy gundogs. Twenty years later, reality had refocused his dreams of becoming a professional horse trainer. Real estate and insurance paid his bills, but he never lost his passion for selective breeding. In addition to dogs, he successfully cultivated strains of roses and peonies.

Cockers were backsliding in type and quality at this time. A long, low, heavy field spaniel type was the predominant Cocker silhouette, despite its drawbacks in American hunting conditions. As Cockers lost favor as gundogs, type fragmented and bench strains became more extreme. It’s growing reputation for shyness and unpredictability also undermined its popularity as a companion.
Mellinthin vowed to revive the bouncy, resilient, biddable Cocker that had inspired his lifelong devotion to the breed. From a genetic standpoint, it was a gargantuan task. It required infinite patience and an incredible amount of experimental breeding to identify dogs and breeding combinations that would reliably transmit those traits.
His breakthrough dog was whelped June 8, 1921. High-stationed and short-backed, Red Brucie was radically different from the era’s prevailing Cocker type. But his potential success in the show ring was immaterial. His first litters confirmed that he was the missing ingredient in Mellenthin’s recipe for ideal Cocker type. He linebred back to Red Brucie for another decade to perfect it. During those years Mellenthin helped to establish Cocker field trials, served as an AKC delegate, became a respected judge, produced several top winners, along with the breed’s first dual champion. His breeding program got plenty of attention but that was never his main agenda.
Red Brucie was almost 14 when he sired Ch. My Own Brucie in 1935. He died that year. By then, Mellenthin knew he was on the right track. The rest of the world soon agreed. In June 1939, Arthur Frederick Jones profiled Mellenthin’s breeding program for the Gazette. Rather than the self-congratulatory hype he anticipated, the interview was a bombshell.
Jones described Mellenthin’s extreme dedication as a religion rather than a hobby. “His special mission is carrying his light into the darkest realms of the dog world.” In response, Mellenthin candidly admitted his frustration. “There is no doubt that Red Brucie served a great purpose in the breed. He had in abundance all the qualities we need to start the Cocker Spaniel back on the right track. But his blood is not magical.” In his estimation, this watershed dog has done more harm than good for the breed. “I mean that unthinking breeders merely try to get Brucie’s bloodline in their kennels and forget everything else that constitutes successful breeding.” By then, the name had become a salable commodity.
Ch. My Own Brucie made dog show history and turned the Cocker into America’s most popular breed. In 1941 he became one of the few Westminster repeat winners, and the floodgates opened. Years of fad breeding nearly destroyed the Cocker. By 1939 Mellenthin could see that his lifelong dream was becoming a nightmare. His sudden death in 1942 at age 53 was tragic, but in that respect it qualified as a blessing.