Soy una feliz propietaria de un galgo desde marzo del año pasado. Lo de ser “propietaria” no es del todo cierto. Yo no adopté a mi galgo: ella eligió a mí. Llegó desde Badajoz a mis manos, en situación de acogida para recuperarse de una lesión de arrastre que tenía un pronóstico de cojera irreversible pudiendo llegar a la amputación. Estaba destrozada (y no sólo físicamente) pero tenía fuerza para recuperarse y ser adoptada por algún humano con suerte. Ella me escogió, me gané su confianza y la que tuve más suerte fui yo, porque desde que está en mi vida soy mucho más feliz.
El calvario que pasamos en su recuperación, todas las infernales visitas al veterinario y todos los esfuerzos que hicimos para que perdiera sus miedos y cambiara esa “cara de pena” que tanta gente identifica con los galgos, han tenido su recompensa, y no sólo porque ella ya ni siquiera cojea. Es porque ya no es utilizada como herramienta para un fin. Ya no duerme al raso. Ya no se alimenta solo de pan “para poder cazar con más ganas”. Ya no duerme apilada con otros perros para no temblar de frío. Ya no tiene que correr por obligación, sino por gusto. Ya tiene un nombre, un collar, una placa y es parte de una familia. Su pelo ahora es fuerte, brillante y sedoso, no tiene ya las calvas de antes. Y desde luego, ya no tiene que tener miedo a ser abandonada, mutilada, ahorcada, disparada o tirada a un pozo o por un barranco.
1. Salvarás una vida
2. Es espectacularmente bello
3. Sí: se adapta perfectamente a vivir en un piso
A menudo la gente piensa que un galgo no puede adaptarse a un piso de ciudad porque es un animal grande que “necesita correr”. Es una falacia. El galgo no siente la necesidad de correr: con sacarlo tres veces al día a dar paseos de 20 minutos y de vez en cuando soltarlo en un pipican para que se divierta socializando es suficiente. Se adapta perfectamente a vivir en un piso porque es muy tranquilo, tanto que además pasa 16 horas al día durmiendo. Eso sí, te robarán el sofá y la cama si te descuidas, tenlo claro.4. Tiene costumbres especiales y características que no verás en otro perro
5. Es extremadamente limpio
6. Es uno de los pocos perros que no está ridículo con un abrigo... Porque realmente lo necesita
Y es que precisamente la falta de grasa hace que sea un animal extremadamente friolero. En invierno es obligatorio que tenga un abrigo, y les encanta dormir tapados (incluso la cabeza).7. Son súper fieles, sensibles y cariñosos
8. No ladra
Excepcionalmente lo hace en momentos de excitación, pero por lo general, es un perro discreto y nada escandaloso, al contrario, es muy extremadamente tranquilo por no decir... que es muy vago.9. Es una de las razas más fuertes
No tienen enfermedades congénitas propias de una raza conocidas, únicamente habría que tener cuidado con la torsión de estómago pero porque son perros muy altos y necesitan comer y beber en comederos adaptados a su tamaño. A pesar de que parezcan muy frágiles, son muy fuertes. Además, es una raza autóctona de España.10. Cuidado: si tienes un galgo...
Es probable que nunca quieras tener otro perro. Y más que probable que acabes teniendo a más de uno. Se llama “galguitis” y es lo más parecido a enamorarse. Bienvenido al mundo del galgo, el perro que no te dejará indiferente.Escrito por Rosa Varona en La Vanguardia