¿Sabías que la creencia de que los gatos tienen varias vidas procede del Antiguo Egipto?
Según la mitología egipcia, el Dios solar Atum formó junto a las deidades Shu, Tefnut, Nut, Geb, Isis, Osiris, Neftis y Seth la llamada “Enéada”, también conocida como “los nueve”.
Atum tomó forma de gato para viajar a los inframundos dotándose de nueve vidas, una por cada divinidad.
El hecho de que el gato fuese considerado sagrado en el Antiguo Egipto y la habilidad del mismo para esquivar la muerte propició la creencia de que estaban dotados de nueve vidas, como referencia a Atum.
Este número sigue utilizándose en muchísimos lugares (entre ellos los
países anglosajones) pero a nosotros nos llegó en forma de que el gato tiene siete vidas debido a la simbología que tiene en nuestra cultura el número 7 y que ha acabado aplicándose para infinidad de cosas: la superstición de los siete años de mala suerte si se rompe un espejo, las mencionadas siete vidas de un gato, como número de la buena o mala suerte, los días de la semana, las notas musicales,
los pecados capitales, los brazos del candelabro Judío, los chakras,
los arcángeles, los siete enanitos, los siete magníficos, el mito de los años que tarda en digerirse un chicle y un larguísimo etcétera…
¿Por qué a los gatos les brillan los ojos en la oscuridad?
Una de las muchas peculiaridades que tienen los gatos es la de poseer una eficaz visión nocturna, algo que les facilita moverse con soltura en la oscuridad y poder ver aquellos objetos (o presas, si están de ‘caza’) con escasa luz.
Por un lado las características pupilas rasgadas verticalmente
que les permite un mayor control sobre la luz que entra en sus ojos. En
la oscuridad la pupila se abre hacia los lados permitiendo captar mucha
más luminosidad, sin embargo durante el día se contrae, quedando
gracias a su forma elíptica como si de una rendija se tratara, pudiendo
controlar y adaptarse mucho mejor al exceso y cambios de luz.
Pero otras de las características de los ojos de un gato (y de un gran número de animales ‘nocturnos‘) es el que les brille en la oscuridad. Eso es gracias a un tejido situado detrás de la retina conocido como ‘tapetum lucidum’ el cual les permite aumentar la luz captada, al actuar como un espejo que la refleja hacia el exterior.
¿Por qué los gatos se arquean?
Seguro que en más de una ocasión habéis podido ver a algún gato que ha arqueado su espalda, poniéndose en una postura de ataque con el pelo totalmente erizado y en la que las afiladas uñas y dientes han quedado a la vista.
Esto no deja de ser un acto de defensa del animal, el cual lo realiza
cuando detecta un posible peligro y que le proporciona la habilidad de
parecer que está en posición de ataque.
El hecho de arquearse y erizar el pelo le proporciona más volumen,
por lo que el felino parece mucho más grande de lo que es en realidad o
al menos es lo que pretende mostrar. Hay que tener en cuenta que lo
animales o personas que puedan representar un peligro para un gato
suelen ser muchísimo más grandes que él, pero aumentando ficticiamente
su volumen logra dar una imagen mayor de peligro para su oponente y si
además a todo eso le sumamos algún bufido provocará todavía más miedo
y/o respeto.
La habilidad de arquear la espalda se debe a la cincuentena de
vértebras con la que está dotado el esqueleto de un gato (el doble que
los seres humanos en su edad adulta). Esto le permite colocarse en forma
de arco y así aumentar su altura.