Quienes compartimos nuestras vidas con animales no humanos y sabemos
del amor y apoyo que nos dan, muchas veces hemos intuido que “están a punto de hablar“, incluso estamos seguros que nos han “dicho” algo. Y en realidad lo hacen, de un modo distinto a nuestra comunicación verbal.
Todos los animales -domésticos o silvestres- pueden comunicarse telepáticamente con nosotros y entre ellos.
Caballos, peces, perros, gatos, vacas, gallinas, ballenas o insectos…
etc. Todos ellos (y nosotros incluidos) poseemos la capacidad innata de
comunicarnos telepáticamente. Es por ello que los patos pueden coordinar
sus largos viajes en el aire, o que los perros saben que sus amigos
humanos llegarán a casa pronto y les esperan en la puerta con mucha
anticipación… o que nuestros gatos desaparecen “coincidentemente” justo
antes de llevarles al veterinario!.
Telepatía significa “percibir a distancia”. Es una
transferencia de energía por medio la cual los animales comunican sus
sentimientos emociones, sensaciones físicas, ideas, pensamientos,
imágenes, recuerdos… igual que nosotros, solo que ellos no cuentan con
cuerdas vocales. Cuando podemos escucharlos y saber lo que piensan y
sienten, nuestra relación con los animales se hace más profunda y
armónica. Podemos conocer perspectivas diferentes y comprenderlos mejor,
negociar cambios de comportamiento, apoyar su salud física y emocional o
generar una mejor convivencia en casa entre muchas otras cosas.
En realidad, podemos plantearle cualquier pregunta a los animales y escuchar su respuesta,
una vez que nos hemos entrenado para ello: ¿Estás contento en la nueva
casa?, ¿Por qué ya no te gusta tu comida usual?, ¿Crees que este
tratamiento médico te hace sentir mejor?, ¿Podrías ser más gentil con el
nuevo gato de la casa?; Nos vamos de vacaciones: ¿quieres venir o
prefieres quedarte en casa?; ¿Por qué has estado fallando en los
entrenamientos?; o incluso realizar algunas de las preguntas más nos
apremian y generan conflicto: ¿Es ya tu momento de morir?, ¿quieres que
te apoyemos con una eutanasia?…
Las respuestas por su parte son precisas y contundentes:
No me gustan estas croquetas; prefiero quedarme en casa y que me cuide
la vecina mientras están e vacaciones; he estado fallando porque me
duele la pata derecha, ¿podría descansar del entrenamiento por un
tiempo?; si, estoy listo para irme y quisiera que la eutanasia fuera en
el jardín de la casa y que tu me acompañes en este tránsito…
Todos podemos cristalizar así nuestras conversaciones con animales de cualquier especie, lo único que necesitamos es asumir que los animales son seres íntegros, inteligentes, sensibles,
con ideas, con espíritu: es decir, iguales a nosotros aunque tengan
otro código genético y por ende una forma física muy distinta. Solo es
necesario entrenar el “músculo intuitivo” y abrirnos a nuestras propias
capacidades telepáticas.
La comunicación entre especies (humanos y no humanos) es la forma más
antigua de comunicación y no es tan extraña como parece. Las culturas
de todo el mundo tienen historias de cómo los hombres y los animales eran amigos y se entendían y respetaban mutuamente.
Está por ejemplo el chamanismo. Para los chamanes, todo lo que existe
en el Universo tiene un espíritu que sabe que pertenece a una totalidad
más amplia.
“La esencia
es lo que hace iguales a todos los seres; que se diferencian entre sí
dependiendo de su cercanía o alejamiento con respecto a esa esencia”
María Sabina, chamana mazateca mexicana
Otro ejemplo es San Agustín, quien consideraba a los animales y
fuerzas de la naturaleza como hermanos de la misma Creación a la que él
pertenecía. Están también los Indios Norteamericanos con su hermosa
relación con todas las formas de vida:
“Somos parte
de la tierra y ella es parte de nosotros. Las flores perfumadas, el
venado, el caballo, el gran águila, son nuestros hermanos. Las cumbres
rocosas, los prados húmedos, el calor del cuerpo de los potros y de los
hombres, todos somos de la misma familia. ¿Qué sería del hombre sin los
animales? Si los animales desaparecieran el hombre también moriría de
gran soledad espiritual. Porque lo que le suceda a los animales, también
pronto le ocurrirá al hombre. Todas las cosas están relacionadas entre
sí. Lo que afecte a la tierra, afectará también a los hijos de la
tierra”
La Telepatía nos permite re-conocer la
vastísima y brillante red de la vida: sabernos rodeados de seres
inteligentes, con voluntad propia, necesidades específicas y una gama
muy amplia de emociones. Los humanos no estamos solos, nuestros amigos
están aquí y les gustaría ser escuchados. Tienen mucho que decir.
Daniela Camino