El verano ya está aquí y con él las vacaciones. Son uno de los momentos más deseados por todos. Para los que tienen una mascota, en contra de lo que muchos se creen, no suponen ningún problema si se planifica todo con antelación.
Hoy vamos a hablar de los viajes en coche. Se trata del medio más
cómodo, ya que permite hacer paradas para que su animal descanse, estire
las patas y haga sus necesidades.
Para que vaya bien se le tiene
que acostumbrar desde una edad muy temprana. Antes del viaje debe
acudir al veterinario para que le haga una revisión completa al animal
(que puede incluir la desparasitación y la administración de sus vacunas
anuales). También debe informarse -como precaución- que tipo de
pastillas puede administrar al perro o gato, para llegado el caso,
evitar mareos o para tranquilizarlos si nuestra mascota es más inquieta o
nerviosa. Debe tener en cuenta que un animal suelto en el vehículo
puede aumentar el riesgo de sufrir un accidente ya que puede: aumentar la distracción del conductor, interferir en la conducción al
subirse encima del que maneja el volante, si el perro va asomando la
cabeza por la ventanilla (además del riesgo de caída del animal) puede
afectar a los que vayan por la calle, así como provocar daños al resto
de ocupantes en el caso de un frenazo brusco.
Según podemos ver
hay unos datos en los que se revelan que, año tras año, se producen
miles de accidentes de tráfico con víctimas o daños materiales
relacionados con animales domésticos, que a su vez provocan,
desgraciadamente, la pérdida de vidas humanas. Por ello, resulta vital
controlar a nuestra mascota cuando paseemos con ella, en las paradas de
descanso en nuestros viajes y cuando viaja con nosotros en el interior
del vehículo como un pasajero más. Por otra parte y según un informe del RACE
(www.race.es/-/transporte-mascotas-en-el-vehiculo) los casos en los que
se relacionan directamente mascotas y seguridad vial se concentran en
tres situaciones: el animal es atropellado tras un abandono o pérdida
(sin control), el animal circula como peatón con su dueño (con control) y
tercero, cuando este es ocupante de un vehículo, por lo que recibe y,
en su caso, provoca lesiones a otros ocupantes en el accidente.
Un pasajero más
Según el Reglamento General de Circulación,
el conductor del vehículo está obligado a mantener su propia libertad
de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente en
la conducción. Además de que deberá cuidar especialmente de mantener la
adecuada colocación de los objetos o animales transportados. Además, la Ley sobre Tráfico, Circulación de vehículos a Motor y Seguridad Vial asegura
que en el caso de llevar mascotas en el coche (son un pasajero más),
los agentes de tráficos pueden inmovilizar todo aquel vehículo en el que
se puede detectar posibilidades de movimiento y campo de visión; así
como posición de los pasajeros o por la colocación de los «objetos»
transportados (esos «objetos» pueden ser maletas, bultos o nuestro
perro). Por ese motivo lo más recomendable es que nuestra mascota no
vaya suelta por el vehículo. Según la DGT cuando
viajamos con perros en el interior de un vehículo, se colocará un
separador que impide que ocasione molestias o pueda ser causa de
distracciones.
Sistemas de sujeción y protección
Como
todo en esta vida lo barato resulta caro a la larga y en el caso de
seguridad no hay que escatimar; pero tampoco hay que dejarse avasallar.
En la actualidad en el mercado existen sistemas sencillos para llevar de
viaje a nuestra mascota y que todo resulte placentero para ella y para
nosotros. A la hora de elegir un sistema de sujeción seguro, hay que
optar por los que han demostrado su eficacia mediante ensayos de choque o
que están homologados mediante normas europeas. Según la talla o el peso del animal, se pueden establecer diferentes sistemas de sujeción o retención.
Redes:
Las más corrientes y económicas. Suelen ser de nylon y se enganchan a
cuatro puntos fijos del coche. Hay que comprobar si su tamaño es
adecuado al coche (que cubra del techo al suelo). Tenga cuidado si la
red es elástica, impide que el animal se mueva, pero, en caso de
impacto, no retiene a la mascota.
Barras separadoras:
Es un entramado de barras horizontales y verticales que se adaptan a la
altura y anchura del coche, impidiendo que el animal pase a la zona de
los pasajeros. Son fáciles de instalar (quedan fijas por presión) y
retienen mejor al animal, pero en muchas ocasiones no aguantan el empuje
de un perro grande.
Arnés de seguridad: Es una
correa que por un lado se engancha al arnés del perro y, por otro, tiene
una lengüeta que encaja en el broche del cinturón de seguridad. En
colisiones a poca velocidad son eficaces.
Barreras a medida:
Son unas rejillas, normalmente metálicas, hechas a medida para cada
modelo de vehículo. Generalmente, se realizan para retener cualquier
tipo de carga, pero actúan perfectamente en el caso de los animale.
Algunas empresas fabrican barreras para distintos modelos de vehículo.
Transportines:
Son una buena opción, reducen la movilidad del animal y se pueden
colocar en el lugar adecuado. Es conveniente colocarlo junto a la
barrera o elemento de retención, si no en la zona de carga, pegado al
respaldo del asiento trasero. Muchos llevan unas ranuras que permiten
sujetarlo con el cinturón de seguridad.
Antes de iniciar el viaje...
- Asegúrese de que el animal ha hecho sus necesidades. En viaje largos hay que parar cada cierto tiempo y sacarlo a dar una vuelta.
-Existen pastillas para evitar mareos y también tranquilizantes. No le de cualquiera, consulte con su veterinario.
-Se recomienda que el animal este en ayunas durante las 12 horas anteriores al viaje.
- No lleve al animal en brazos ni coloque el transportín en el asiento del copiloto si el coche lleva airbag.
- Si hace una parada nunca deje
al animal en el interior del coche al sol, déjelo a la sombra y siempre
con una rendija abierta de la ventanilla abierta para favorecer la
ventilación; pero que no se escape el animal.
-Cuando lleguen a su destino, un pequeño paseo, un buen cuenco con agua y déjelo descansar...