No conozco mejor antídoto contra la codicia, la competitividad, el consumismo y la violencia que el disolverte a ti mismo en un paisaje lo más entero posible. O, si se prefiere, desconectarte de tanta red artificial, como las que tienen atrapada a la mayoría, para vincularse a las tramas de la vida.
Entiendo, es más, que la fortuna de los vivos debería medirse por el número de días que se hayan vivido sin tensión, mentiras o amontonamientos. Es decir por el tiempo que se ha podido disfrutar de la condición de vivo. Desparramando tus sentidos por lo alejado. Algo que solo alcanza su verdadera dimensión en medio de la limpia, sincera, bella y libre vivacidad.
Esto no quiere decir que no aplaste la faceta diametralmente opuesta. Tan sólo recordar que nuestras convivencias con los paisajes todavía vivos no puede ni deben hacernos olvidar que todos los enemigos imaginables y reales que además tienen la doble condición de infatigables y poderosos. Su militante tenacidad en la ignorancia, como demuestra Trump, resulta lo más preocupante que nos acecha.
La vivencia del paisaje ciertamente es antídoto contra el azacaneamiento que define a esta civilización, pero no menos necesario resulta considerar que alejarse no debe suponer la renuncia a la participación en el activismo a favor precisamente de lo que sana.
Porque allí, en los campos, se vive, se siente y se comprende fundamentalmente en primera persona, se debate con uno mismo. La emoción, del carácter que sea, carece del factor más alterador de todo que son los demás. Estar solo en plena Natura, insisto, desactiva la competición, el narcisismo, el orgullo y la lucha por el poder. No hay más fin que fluir con la vida, el paisaje y el tiempo. Con la belleza posible, pues. Con lo más verdad que cabe conocer. Luego eso se transforma en uno de los mejores fundamentos e incentivos para el inevitable luchar cotidiano en el lado oscuro de la realidad.
Por todo esto considero un formidable acierto el que, este año, el lema para la celebración del día mundial del medio ambiente sea el conectarse a la Natura. Porque la transparencia es lo que más ayuda a comprender y sus fuentes están donde brotan las fuentes, donde los árboles fabrican aire limpio, donde cabe no escuchar ruidos...
GRACIAS Y QUE LA NATURA OS ATALANTE HOY Y TODOS LOS DÍAS.
Escrito por Joaquín Araújo en El Mundo