Una amarga verdad que esperamos te haga reflexionar
Muchas veces me han dicho “Doctor, ¿puede ayudarme a encontrarle a Fido un nuevo hogar? Sabes, el pediatra de mi sobrino dijo que el niño es alérgico…” – “¿Pero le hiciste alguna prueba? ¿Alguna prueba de alergia? – No… pero ya sabes, el niño siempre tiene tos…” y a lo mejor fuman en la casa, hay obras en la calle, viven en el polvo pero el perro/gato tiene la culpa.
Luego están los que quieren regalar al perro/gato porque hay niños pequeños en la casa y tienen miedo a las enfermedades.
¿Qué enfermedades? Ellos no lo saben, pero los animales DEFINITIVAMENTE son portadores de enfermedades.
Vivimos en una sociedad que nos aterroriza con el riesgo biológico para hacernos olvidar el riesgo químico, gente que le tiene pavor a la orina de perro y no a los 10 coches con el motor en marcha, la orina de perro no da cáncer, las partículas finas sí.
¿Te imaginas si el ginecólogo de María hubiera dicho “El buey y el burro? fuera del establo, de lo contrario Jesús se enfermará!”
El miedo nos hace vender, es económicamente ventajoso, nos hace comprar desinfectantes, nos hace llenarnos de vitaminas y suplementos, nos quieren hacer creer que todos estamos enfermos o al menos en riesgo de estarlo.
Entonces, navegando por la web, descubres que hay muchos estudios que demuestran que los niños nacidos en hogares con animales tienen un menor porcentaje de enfermedades alérgicas, descubres que los animales son incluso buenos para tu salud y ¿sabes por qué?
Debido a que nuestro sistema inmunológico debe estar entrenado, el aumento vertiginoso de patologías alérgicas que se encuentran en nuestra sociedad se debe al exceso de higiene, a la deshabitación de nuestro cuerpo para hacer frente a ataques incluso triviales. Los niños que juegan con las rodillas en el suelo, que se hacen micro heridas, que tocan el barro se enferman menos pero así no se vende desinfectante para manos, fruta, etc. etc., nos aplastamos con antibióticos taquipirinicos y antiinflamatorios cada vez más débiles.
Hace ya casi 29 años que voy al trabajo todas las mañanas y toco perros y gatos con mis manos desnudas, no tomo antibióticos si un gato me araña... y hace 15 años que no me enfermo de gripe, nunca he tenido hongos en la piel (¡y he tocado gatos con micosis!), nunca me ha dado sarna.
El hombre siempre ha convivido con los animales, en lugar de preocuparnos por ellos debemos preguntarnos qué comemos, qué respiramos, cuánta química hay en nuestra vida diaria, qué hay en las drogas que tragamos.
También debemos preguntarnos cuánto juega la depresión y el estrés en nuestras patologías porque, ojo, nuestras mascotas son el mejor antidepresivo del mundo y no tienen efectos secundarios, echarlas es un delito del que no debemos ser cómplices.
El amor a los animales salva vidas humanas, sepan eso.
Doctor Vincenzo Minuto