Aunque siempre ha sido igualmente hábil en el manejo magistral de paisajes, figuras, retratos y naturalezas muertas, Michael descubrió rápidamente que pintar los personajes y la historia del viejo oeste lo entusiasmaba especialmente y durante los últimos 12 años este ha sido su enfoque singular. Él dice: “El tema de la gran frontera americana es algo que nunca me canso de traer a la vida en mis pinturas. Me encanta la historia, los personajes, el vestuario, las criaturas y los paisajes, y las amplias oportunidades que existen para contar una gran historia. Los temas que impregnan el arte occidental también me parecen familiares: la fe, la familia, los amigos, la autosuficiencia y el trabajo duro, solo por nombrar algunos. Todo está ahí para mí. Estoy eternamente agradecida de poder ganarme la vida haciendo lo que amo”.
“Siempre me ha interesado la pintura al óleo bien ejecutada y bellamente diseñada, sin importar el lugar, el estilo o la etiqueta”, dice Michael. “El desafío para mí como pintor es tomar el tema de la antigua frontera occidental y crear obras de arte que sean conmovedoras, hermosas, atemporales y universales en su atractivo. En cuanto a mí, tengo que confiar diariamente en el buen Dios y en Su inspiración para ayudarme a realizar esta formidable tarea”.
Al igual que con la mayoría de los artistas, Michael es increíblemente apasionado por el trabajo de su vida, pero se da tiempo para perseguir su compromiso igualmente apasionado con su forma de tocar la guitarra/mandolina, el ministerio cristiano y su familia. Vive con su esposa Valerie y actualmente trabaja en su casa y estudio en el área de Coeur d'Alene, ID.
Although he has always been equally adept at masterfully handling landscapes, figures, portraits and still lifes, Michael quickly found that painting the characters and history of the old west especially excited him and for the last 12 years this has been his singular focus. He says “The subject of the great American frontier is something that I never grow tired of bringing to life in my paintings. I love the history, the characters, the costuming, the critters and the landscapes, and the ample opportunities that exist to tell a great story. The themes that permeate western art also feel like home to me – faith, family, friends, self reliance and hard work, just to name a few. It’s all there for me. I am eternally grateful that I can make a living doing what I love.”
“I have always been interested in well executed and beautifully designed oil painting, no matter what the venue, style or label,” Michael says. “The challenge for me as a painter is to take the subject of the old western frontier and create works of art that are moving, beautiful, timeless and universal in their appeal. As for me, I have to daily rely on the good Lord and His inspiration to help me accomplish this formidable task.”
As with most artists, Michael is incredibly passionate about his life’s work, but he does allow himself time to pursue his equally passionate commitment to his guitar/mandolin playing, Christian ministry, and his family. He lives with his wife Valerie, and currently works out of his home and studio in the Coeur d’Alene, ID area.