Aunque no todos los perros infectados desarrollan signos clínicos, la enfermedad puede causar artritis, fiebre, letargo y, en casos avanzados, complicaciones renales graves.
El diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado son fundamentales para evitar la progresión de la enfermedad y mejorar la calidad de vida del paciente.
En este artículo se analizan los síntomas de la enfermedad de Lyme en perros, las pruebas diagnósticas recomendadas y los tratamientos más efectivos, con un enfoque clínico basado en evidencia.
Ciclo de transmisión de la enfermedad de Lyme en perros
El principal vector de Borrelia burgdorferi en perros es la garrapata Ixodes ricinus (en Europa) e Ixodes scapularis (en América).
El periodo de incubación tras la picadura varía entre 2 y 5 meses, lo que hace que los signos clínicos no aparezcan de inmediato.
Diagnóstico de la enfermedad de Lyme en perros
Dado que la mayoría de los perros expuestos no desarrollan síntomas, el diagnóstico se basa en historial de exposición a garrapatas, signos clínicos y pruebas serológicas.
El test ELISA es el más utilizado para cribado inicial, pero debe confirmarse con Western blot para diferenciar entre exposición previa e infección activa.
Tratamiento de la enfermedad de Lyme en perros
El tratamiento está dirigido a eliminar la infección y controlar los síntomas inflamatorios y articulares.
La mejor estrategia contra la enfermedad de Lyme es evitar la exposición a garrapatas y reducir el riesgo de infección.
1. Control de garrapatas
Uso de antiparasitarios externos durante todo el año.
Revisión diaria del pelaje, especialmente tras paseos en zonas boscosas.
Eliminación inmediata de garrapatas con pinzas especializadas.
2. Vacunación contra Borrelia burgdorferi
La vacuna no es 100% efectiva, pero puede reducir el riesgo de infección en zonas endémicas.
Se recomienda en perros con alta exposición a garrapatas.
Protocolos incluyen primera dosis + refuerzo anual.
3. Manejo del entorno
Mantener césped corto y libre de maleza.
Uso de tratamientos acaricidas en áreas con alta densidad de garrapatas.
Conclusión
La enfermedad de Lyme en perros es una patología infecciosa con impacto a largo plazo, que puede causar desde signos leves hasta complicaciones articulares y renales graves.
El diagnóstico se basa en serología, PCR y evaluación clínica, mientras que el tratamiento se centra en antibióticos y manejo sintomático. La prevención mediante antiparasitarios y vacunación es la estrategia más efectiva para evitar la infección.