Esta es la extraordinaria historia de Smoky, una perrita Yorkshire Terrier, de apenas 2 kilos (4 libras)y su actuación en la Segunda Guerra Mundial al lado de su inseparable amigo y compañero: el cabo William A. Wynner.
Nueva Guinea era un lugar estratégico debido a su posición cercana al norte de Australia.
Su gran superficie proporcionaba terreno suficiente para establecer bases terrestres, aéreas y navales; por lo tanto los combates allí fueron muy intensos por aire, mar y tierra.
El conflicto en el lugar comenzó en 1943 y terminó en agosto de 1945 comandados por el Gral. MacArthur de EE.UU y Hitoshi Imamura del Japón
En un principio creyeron que la pequeña Yorkshire Terrier pertenecía a los japoneses que combatían allí, pero al observar que no respondía a ninguna orden dicha en japonés, lo descartaron.Tampoco parecía entender las palabras dichas en inglés, su origen era todo un misterio.
Sufrió junto a ellos los peligros de las batallas, el calor húmedo de la selva, la picadura de insectos, tifones...¡pero ella siempre fiel junto a su compañero!
Participó en 150 ataques aéreos y en 12 misiones de rescate. El cabo Bill Wynner le enseñó a saltar en un paracaídas especial desde una torre de 10 metros.
Habrá sido un auténtico espectáculo ver a los soldados bajo el fuego enemigo, arma en mano y con una pequeñísima Yorkie bajo el brazo.
Una de sus tantas proezas fue cuando tuvieron que pasar un cable telegráfico para mantener comunicado al ejército estadounidense con sus aliados.
Tenía que pasar por una tubería de 22cm que estaba debajo de una pista de aterrizaje, en algunos tramos el caño estaba atascado, así que debía sortear esto también. Wynner le ató el cable y del otro extremo la llamaba: "¡Ven Smoky, aquí nena!"
Y así fue como Smoky cumplió otra más de sus múltiples acciones valerosas por puro amor y confianza en su amigo.
Después de un tiempo muy angustioso, la dulce y valiente Smoky apareció del otro lado de la tubería, cansadísima pero confiada plenamente en Bill, quien la abrazó junto con todos sus compañeros, agradecíéndole el haber cumplido una misión tan difícil que tuvo una importancia fundamental en el desenlace de los combates posteriores.
Fue la mascota indiscutible de la 5ta. Fuerza Aérea del Regimiento N°26. Al terminar la guerra, partió junto a su inseparable compañero rumbo a los Estados Unidos, escondida en el estuche de una máscara de oxígeno.
En la foto con Trenty la perra Dálmata que había quedado en su hogar cuando Bill partió a la guerra.
Smoky fue también el primer perrito en usarse como terapeuta.
Visitaba los hospitales de los veteranos ayudando a muchísimos heridos graves.
Apareció en innumerables publicaciones, diarios y revistas en donde se contaban las hazañas de los diferentes perros u otras mascotas que actuaron en la 2°Guerra, pero en todas sobresalía ella por su larga y persistente actuación.
También quedó documentada su larga trayectoria como primer perro de asistencia a los heridos de guerra.
En el museo donde están guardados los recuerdos de estos terribles acontecimientos, ella tiene un lugar muy destacado.
En la foto la cazadora que usaron los soldados del batallón N°26 de la 5ª Fuerza Aérea, con la imagen de Smoky dentro del casco de su amigo y protector.
Estos son todos los libros que se han escrito sobre ella. Smoky II los está mirando con orgullo.
Bill Wynner y Smoky II al lado de uno de los 6 monumentos de la pequeña Smoky.
"Mi Yorkie Doole Dandy podía hacer que los soldados olvidaran los problemas de la guerra; a los enfermos graves les daba felicidad, les sacaba una sonrisa, aún en medio del dolor y esto le daba fuerzas para salir adelante..."