Para los dueños de perros, elegir un buen pienso o un buen alimento para su mascota no es nada fácil. Situarse en un lineal con decenas de piensos y productos de alimentación para perros hace que muchos duden de cuál es el mejor para su mascota sin saber interpretar qué quieren decir los valores nutricionales o los ingredientes del mismo.
En esto coinciden los expertos, que señalan que es de vital importancia conocer qué comen los animales.
“La elección de un alimento industrial para una mascota no es tan fácil como parece, ya que el mismo podría provocarle carencia o exceso nutricional. En general, los nombres de los ingredientes no detallan la calidad de los nutrientes, su digestibilidad o la biodisponibilidad de estos”, explica Alicia Fernández Vitali, auxiliar veterinaria responsable de nutrición de AniCura Abros Hospital Veterinario.
Para tener una visión más clara de qué comen las mascotas, piden diferenciar nutrientes e ingredientes. Tal y como recuerdan, los segundos serían el vehículo de los primeros, que son “metabólicamente útiles”.
Las proteínas, lo fundamental para una buena alimentación
Dentro de los nutrientes que debe contener un pienso, Fernández destaca las proteínas como el más importante y el que es más difícil de encontrar por su alto precio.
“Su calidad es directamente proporcional a su digestibilidad, de ahí su importancia. Esta digestibilidad, según FEDIAF (Federación Europea de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía), debe ser mayor o igual al 80%”, detalla.
Según este organismo, la alimentación de los perros debe contener un 30% de proteínas, un 63% de grasas y un 7% de carbohidratos. Aunque esto variará en función de la raza y la edad del animal.
De hecho, para Fernández no es tan sencillo dar un criterio unificado. “Existe un mínimo y un máximo nutricional establecido por la FEDIAF en sus tablas de recomendación de nutrientes y guía nutricional para perros y gatos, pero son tablas complejas, difíciles de analizar por la mayoría de los cuidadores”, explica.
A pesar de que los piensos, ya sean de mejor o peor calidad, son seguros para el animal en líneas generales, hay una serie de componentes a evitar. “Algunos ejemplos de tóxicos (pero legalmente permitidos porque su porcentaje es bajo) son el BHT, BHA, Rojo 40, Azul 2… los mismos constituyen colorantes y modificadores que pueden ser perjudiciales en cantidad”, detalla Fernández.
En qué fijarse en el etiquetado
A la hora de fijarse en la etiqueta de los alimentos, los especialistas mandan mensajes de advertencia ante mensajes como “aroma de pollo” o “sabor a pollo” ya que esto quiere decir que no contiene este ingrediente simplemente saborizantes. Al igual que “con pollo” significaría un contenido mínimo del 4% del esta carne, mientras que “rico en pollo” quiere decir que contiene como mínimo un 14%.
Del mismo modo, piden prestar especial atención a los orígenes proteicos que deberían ser animales y se especifique el tipo de carne para evitar que puedan contener trazas poco saludables. Además, conviene saber que serán de peor calidad aquellos que su principal ingrediente sea el cereal.
Para Fernández, las etiquetas “son un atractivo reclamo a la hora de acercar el producto al cliente, pero no siempre son transparentes en su información y pueden llevar al consumidor a confusión”.
“La interpretación de estas no es tan fácil de hacer, porque los componentes analíticos y los ingredientes pueden expresarse de diferentes maneras”, explica la especialista, quien apunta que no hay que dejarse llevar por etiquetas como “orgánico” o “natural”.
“Es verdad que existe cada vez más una predisposición especial de las personas a comprar todo lo que parezca indicar que es natural, pero se debe prestar atención a las sensibilidades. Yo no lo llamaría engaño, pero no debemos fiarnos ciegamente por este tipo de reclamos”, añade. Ante esto, recuerda que los veterinarios y especialistas ayudan a aclarar a que las etiquetas sean un documento legal e informativo, pero que también estimula las ventas.
Puntos a tener cuenta en el etiquetado del pienso.
Tal y como recuerda Fernández, según la WSAVA (Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales), “la mayoría de los dueños de mascotas consideran que la lista de ingredientes es el factor más importante para elegir un alimento”. “Sin embargo, esa lista, no proporciona información sobre la calidad de estos y puede ser muy engañosa al respecto”, explica la especialista que recomienda hablar con nutricionistas o conocer las condiciones de la marca.
Para la veterinaria, es importante que los alimentos sean de “marcas de confianza” lo que define como “empresas que utilizan elementos de calidad, invierten en estudios para la mejor elaboración de sus productos y hacen múltiples pruebas y testeos para evaluar la calidad de la materia prima y del producto”.
“Los alimentos industriales de alta gama son equilibrados, completos, nutritivos, digestibles y prácticos. Las empresas de alta gama que los elaboran también invierten mucho en estudios para realizar la cocción, el envasado y el almacenaje correctos. Todo esto influye en la calidad del producto final”, explica.
No todas las razas comen igual
Para la correcta alimentación del animal hay que tener en cuenta la raza y la edad, todo por un factor de tamaño. De hecho, hay piensos para perros cachorros, adultos o senior. Se entiende como cachorro de 8 o 9 meses, adultos de 9 meses a 6 años y senior, a partir de 7 años.
“La edad y el tamaño de un animal influyen a la hora de elegir su alimento, ya que el requerimiento energético cambia según estos parámetros, así como su estado fisiológico o patológico”, señala y apunta a que puede haber otros criterios que hagan que un animal tome un tipo de comida específica.
“Por otro lado, hay perros que necesitan un aporte extra de energía según los utilicen para trabajo o vivan en zonas de climas extremos”, detalla.
Cantidad de pienso por tamaño de animal.
Sin embargo, Fernández recalca que no se debe recurrir a ninguna dieta especial sin el requerimiento de un veterinario.
“Las dietas deben ser prescritas por el profesional luego de tener un diagnóstico certero de la patología que cursa el animal debido a que los alimentos nutracéuticos difieren mucho entre si y a la vez constituyen un elemento importantísimo para tratar las enfermedades”, explica.
Qué pasa con la comida húmeda
Los dueños de perros estarán acostumbrados a que dentro de la sección de comida para animales haya, además de un sinfín de piensos, comida enlatada conocida como húmeda. Generalmente, está indicada para perros a los que les cuesta ingerir el pienso o para cachorros, pero Fernández recuerda que puede ser recomendada para cualquier can.
“La comida húmeda para perros puede indicarse siempre, si bien es verdad que es un tipo de alimento que facilita la formación de sarro; suele ser más apetecible —especialmente cuando se templa un poco— lo cual es muy útil en perros caprichosos con la comida o para los canes que les falten piezas dentales, cachorros que queramos destetar y también ayuda en casos de perros con problemas de digestibilidad”, explica.
A pesar de que se pueden combinar ambas dentro de la dieta del animal, se recomienda decantarse por una de ellas para facilitar las digestiones ya que, según Zooplus, “puede provocar diarrea o estreñimiento a los perros con estómago delicado”.