Es fundamental que observemos cómo actúan las madres caninas con sus cachorros cuando éstos inician sus movimientos exploratorios: una madre canina hará una vigilancia efectiva de las acciones de los cachorros sin cortar sus avances en la exploración del entorno.
Por lo tanto, debemos comportarnos de forma análoga con nuestros perros para que puedan explorar su entorno bajo una tutela coherente que evite los extremos: dejarle a su aire pase lo que pase o sobreprotegerle de forma que el cachorro no sufra ninguna mala experiencia.
¿Qué debemos hacer? Básicamente seguir la norma de no dar mucha importancia de cara al perro a lo que le pase:
- Si el cachorro cae, no iremos a consolarle y mimarle. Su caída le castigará en el grado que él perciba, mientras que al darle nosotros importancia podemos hacer que para el perro terminen teniéndola cosas que podría superar con facilidad.
- Si supera alguna dificultad del entorno (ej. abre una puerta), no deshacernos en elogios. Sus avances satisfacen su instinto exploratorio, en el grado que perciba el perro, por lo que podemos estar felicitando mucho al perro por algo que, aunque no nos demos cuenta, le ha resultado fácil.
- Si el cachorro explora sitios prohibidos o potencialmente peligrosos, debemos cogerlo (sin castigarle) y, como haría su madre, llevarle a una zona segura. Es importante aplicar el sentido común para determinar qué es "peligroso", ya que es muy fácil caer en la sobreprotección.
*La base de la autonomía del cachorro y posterior autoconfianza del perro está en el placer que le supone la exploración. Si sustituimos ese placer por el de agradar a su guía, a través de la sobreprotección, mermaremos la autonomía del cachorro y tendremos un futuro perro dependiente e inseguro.*