Síntomas y causa del otohematoma
El síntoma más claro y evidente es la inflamación de la oreja. No es homogénea, sino que es un abultamiento con unas zonas más hinchadas que otras. Si esta inflamación no se trata, pueden formarse coágulos que complicarían el pronóstico del animal.
En la mayoría de los casos, esta acumulación de sangre, que provoca la hinchazón, se debe a un golpe que el cánido se haya llevado en la cabeza o en la zona cercana a la oreja dañada, o que se haya infligido él con la pata mientras trataba de calmar un posible picor o malestar. Este golpe o rascamiento excesivo habría causado la rotura de vasos sanguíneos y un posterior derrame, que es lo que inflama la oreja.
Del mismo modo, hay ocasiones en las que el hematoma se produce sin que haya existido un traumatismo previo. Es el caso de los animales mayores, que tienen unos vasos sanguíneos finos y sensibles que tienden a romperse con facilidad.
Tratamiento del otohematoma
El tratamiento de la inflamación y el sangrado están estrechamente vinculados con el origen que los ha causado. Si se debe a un rascado excesivo por parte del animal, habrá que localizar el origen del elemento que le ocasiona el picor o la incomodidad, ya sea un objeto que se haya introducido en su canal auditivo, ya sea un ácaro.
Igualmente, si la causa es una herida, habrá que tratar esa herida para que el sangrado cese y la oreja vuelva a su forma natural. Incluso puede ser necesario drenar la herida para bajar la inflamación y eliminar el derrame. Y en los casos más complicados, someter al animal a una intervención quirúrgica para curar la herida que ha originado el otohematoma.
Por tanto, el seguimiento médico es indispensable para la curación de este problema.