El Principio de Premack dice que: una conducta de alta probabilidad puede reforzar una conducta de baja probabilidad. Para que esto suceda, la conducta de alta probabilidad debe ocurrir inmediatamente después de la conducta de baja probabilidad.
¡Vaya lío! Lo explico con un ejemplo clásico: permitir a los niños ver la televisión o jugar a la consola sólo cuando hayan acabado los deberes. Ver la televisión y jugar son conductas de alta probabilidad que pueden servir para reforzar el hacer los deberes, que es una conducta de baja probabilidad.
Este principio es muy útil en el adiestramiento de tu perro porque aumenta el número de reforzadores que puedes usar en la práctica. Bastará con registrar cuáles son las conductas más frecuentes de tu perro en determinadas circunstancias, es decir, identificar las conductas que más le gustan a tu perro.
Dos ejemplos de cómo usar el Principio de Premack en el adiestramiento de tu perro:
1. De forma correcta:
Como a cualquier perro, al tuyo le encanta salir a la calle y cuando abres la puerta sale o intenta salir de casa. La conducta de salir es de alta probabilidad cuando abres la puerta.
Entonces puedes usar esta conducta como reforzador para enseñarle a esperar hasta que le des la orden de salir. Abres la puerta y le bloqueas el paso o la cierras para que no pueda salir. Cuando tu perro retroceda, le dejas vía libre. Intentará salir y le bloqueas de nuevo.
Repites el procedimiento hasta que el perro espere por un momento y entonces le das la orden y le permites salir. Poco a poco, aumentas el tiempo que el perro debe esperar para poder salir.
Por lo tanto, salir a pasear (conducta de alta probabilidad) es la actividad que usas para reforzar la espera de la orden (conducta de baja probabilidad).
2. De forma incorrecta:
A tu perro no le gusta especialmente jugar a ir a coger la pelota, se aburre enseguida. Pero quieres enseñarle a sentarse a la orden usando el juego de la pelota, lo que pasa es que no puedes realizar las repeticiones necesarias para que lo vaya entendiendo ya que se aburre rápidamente del juego.
En este caso el problema está que el juego de ir a por la pelota es de baja probabilidad y no sirve para reforzar otra conducta de baja probabilidad. Sería mejor permitirle que explorase el entorno durante unos segundos justo después de darle la orden de sentarse.