Origen e historia de la raza Tonkinese
Esta raza resulta de la mezcla del gato Siamés y el gato Burmés de color sable. Una hipótesis sobre su origen señala que este cruce se comenzaron a hacer de manera sistemática en los Estados Unidos y en Canadá. Pero, también hay algunas teorías que, al contrario, sitúan los inicios del Tonkinese en el Reino Unido y, además, estos se remontan hasta el siglo XIX.
En cualquier caso, al principio se les llamaba Siamés dorado. La doble denominación ha creado todavía más confusión a la hora de determinar cuál es su fecha de nacimiento exacta. Debido a esto algunos la sitúan en la década de 1930, mientras que otros la retrasan hasta la de 1960.
Aspecto
Los Tonkinese son gatos de cuerpo bien proporcionado y tamaño mediano. La cabeza es algo más larga que ancha. Los ojos son grandes y tienen forma de almendra. Son de un característico color azul o verde azulado. Las orejas son de tamaño mediano, de base ancha y punta redondeada. Su manto es corto, denso, suave y de aspecto lustroso.
Se aceptan varios colores como el champán, el azul, el miel o el plateado. Además, presenta determinadas partes del cuerpo en un tono más oscuro. Son las orejas, la máscara de la cara, el extremo inferior de las patas y, por último, la cola. Esta se caracteriza por ser fina y larga. La transición entre las tonalidades más claras y más oscuras es muy gradual.
Temperamento y comportamiento
El Tonkinese es un gato muy activo, sociable, cariñoso y, como todos los gatos, curioso por naturaleza. Estas características hacen que disfrute en compañía de su familia. Se relaciona con todos los miembros, pero tiende a establecer un vínculo muy fuerte con la persona que principalmente lo alimenta, lo cuida o le ofrece más tiempo de compañía.
Su familia puede estar formada por personas, pero también acepta a otros gatos o diferentes especies, como los perros. También es apto para convivir con niños, con los que crea una buena relación y comparte juegos. El rasgo positivo que supone la elevada sociabilidad tiene su contrapartida, pues no es un gato que acepte pasar solo muchas horas.
Hay que tener en cuenta este aspecto antes de adoptar a un Tonkinese. Además, un gato de esta raza sin la oportunidad de realizar la actividad física que necesita acabará manifestando problemas de conducta. Estará nervioso y aparecerán conductas destructivas. Por último, es un gato hablador, que acostumbra a comunicarse y solicitar atención mediante maullidos.
Cuidados generales y aseo
Nuestro Tonkinese necesita pasar tiempo con nosotros. Además, debe disponer de espacio suficiente para quemar su elevada energía. Hay que jugar con él a diario, pero también tiene que correr. Los rascadores verticales, las estanterías o el mobiliario bien dispuesto contribuyen a crear un ambiente enriquecido, aprovechando las dimensiones de la vivienda.
De esta manera le ofrecemos un espacio en el que puede correr, saltar, trepar, rascar y, una actividad que les gusta especialmente, controlar su entorno desde las alturas. Además, en su ajuar no pueden faltar los juguetes, ya sea comprados o hechos por nosotros mismos. En cuanto a la higiene, su pelaje corto es muy agradecido. Apenas requiere cuidados.
Basta con cepillarlo de vez en cuando. La alimentación es un pilar importante para su salud. Como carnívoro, necesita basar su dieta en proteínas de origen animal. Si le ofrecemos pienso, conviene que cada día coma también alimentación húmeda. Con esto favorecemos una correcta hidratación, que podría verse mermada si tan solo consume alimento seco.
Prevención de problemas de salud
En general, los ejemplares de la raza Tonkinese gozan de una buena salud. Debido a su relación con el Siamés, pueden presentar estrabismo, afección que se caracteriza por una incorrecta alineación de los ojos. Por suerte, es tan solo un problema estético que no tiene mayor trascendencia clínica y al gato no le supone ninguna molestia ni merma.
Por lo demás, requiere los mismos cuidados veterinarios que cualquier otro gato. Hay que revisarle y limpiarle periódicamente las orejas, los ojos y la boca, así como cortarle las uñas. También es importante cumplir el calendario de desparasitaciones internas y externas y de vacunaciones que nos recomiende el veterinario, al que visitaremos 1-2 veces al año.
El calendario de desparasitación y vacunación se adaptará a las condiciones de vida de nuestro gato. Hay que tener en cuenta que, aunque nuestro Tonkinese no tenga acceso al exterior, nosotros mismos, en la ropa o en los zapatos, podemos portar determinados parásitos y patógenos hasta el interior del hogar.