Hay perros que son nadadores naturales y otros que no pueden ni ver el agua. Con estos consejos sabrás que tu perro está seguro en todo momento.
5 consejos de seguridad para nadar con tu perro
Este año el verano llegó con fuerza. Las altas temperaturas nos afectan y nos ponen, además, a contar los días que faltan para las vacaciones. Sea cual sea el destino elegido, lo más probable es que tengas reservado al menos un día para darte un buen chapuzón junto a tu perro. Mar, lago o piscina, el lugar es lo de menos, lo importante es refrescarse y pasar un rato divertido y, de paso, hacer un poco de ejercicio. Además, es una oportunidad perfecta para estrechar lazos y salir de la rutina.
El verano es maravilloso, sí, pero tiene sus complicaciones. Aunque despedimos la ola de calor, seguimos con temperaturas muy elevadas. La protección solar y la hidratación, son claves. Especialmente cuando los termómetros superan los 35º y es poco lo que se puede hacer para mantenerse fresco. A los perros, por supuesto, les ocurre lo mismo. Hay accesorios que ayudan a llevar mejor el calor de estos días, pero nada supera los efectos refrescantes de un buen baño. Aunque este también tiene sus peligros. Si vas a llevar a tu perro a nadar, hay algunas consideraciones que debes tener en cuenta para garantizar su seguridad.
1. No asumas que por ser perro sabe nadar
Hay perros que nadan con más soltura que Michael Phelps, incluso son capaces de surfear. Pero hay otros que no le ven la diversión y nadan solo para sobrevivir. Por supuesto, también están los que no se atreven a poner una pata en el agua o peor, que si la ponen, se hunden. No todos los perros están capacitados para nadar y la raza tiene mucho que ver. Mientras que algunas razas son nadadoras naturales y saben qué hacer de forma instintiva cuando están en el agua, otras -por su morfología- necesitan ayuda para mantenerse a flote. Entre estos dos extremos, hay un grupo importante de perros que simplemente necesita ayuda para familiarizarse con el entorno y descubrir qué hacer y qué no cuando están en el agua.
2. Haz que tu perro se sienta cómodo en el agua
Tal y como ocurre en el caso de los humanos, la mayoría de los perros necesita aprender a nadar. Solo que a los canes les toma mucho menos tiempo a nosotros. Pero independientemente de si se trata de una sesión completa de natación o de un simple refrescamiento de patas en la orilla, si quieres que tu perro pase un buen rato, el primer paso es lograr que se sienta cómodo en el agua. Como todo proceso, se debe realizar de forma progresiva, evitando en todo momento que el animal se estrese o se sienta inseguro. Es importante tener en mente que hay perros no llegan a sentirse cómodos en el agua nunca y, por supuesto, hay que respetarlo y buscar una actividad alternativa para mantenerlo fresco en verano.
3. Invierte en un buen chaleco salvavidas
Los perros que no saben nadar o que están aprendiendo, deben usar un chaleco salvavidas siempre. Da igual la profundidad y el tiempo que vaya a estar en el agua. Se trata de su seguridad así que no hay discusión. Pero, incluso los nadadores más experimentados pueden fatigarse o ponerse nerviosos y tener problemas para respirar, lo que lógicamente compromete su capacidad para nadar. El chaleco salvavidas es la mejor opción para mantenerlos seguros. Sin embargo, encontrar uno que se ajuste perfectamente a las medidas del perro no siempre es fácil, por eso lo mejor es acudir a una tienda o contactar directamente con la marca para que un experto pueda asesorarnos.
4. No dejes que tu perro beba el agua de donde nada
Cuando salimos con un perro es importante llevar suficiente agua fresca para mantenerlo hidratado. Da igual la época del año, la hora del día y el lugar del paseo. Pero por supuesto, es especialmente relevante los días de calor intenso ya que los perros se pueden deshidratar rápidamente y beber agua de la piscina, el lago o el mar no es una opción. Nunca. Por natural que pueda parecer, los organismos que viven en este tipo de entornos son perjudiciales para la salud del perro, en algunos casos pueden incluso llegar a ser mortales. Además, muchas de estas aguas se tratan con pesticidas y productos químicos que pueden envenenar al animal con dosis muy pequeñas.
5. Nunca lo dejes sin supervisión
Por muy buen nadador que sea un perro y por mucho que le guste el agua, no debe nadar nunca sin la supervisión de un humano. Un baño agradable y divertido se puede convertir en una tragedia en cuestión de segundos. Para evitar la fatiga, las sesiones de natación deben ser cortas y separadas en el tiempo. Pero si el perro se está divirtiendo y está tranquilo, puede no querer parar de jugar hasta que esté realmente agotado y en ese momento, por cerca que esté, llegar a la orilla le puede resultar imposible.