El sentido del olfato de un perro es el medio por el cual conoce y reconoce el mundo, y con el que adquiere información esencial sobre otros perros. El perro vive en un mundo principalmente de olores. Mientras que en los seres humanos es la vista el sentido más desarrollado, en el perro, como todos sabemos, es el sentido del olfato. A través del olfato, el perro sabe, reconoce y recuerda la realidad.
De los olores que siente, puede obtener mucha información. Precisamente por esta razón, cuando caminamos con nuestro perro, siempre debemos dejarlo solo y darle todo el tiempo que quiera para detenerse en ciertas pistas; debemos comportarnos de la misma manera, incluso cuando nos encontramos con otro perro y los dos exploran con su nariz las áreas anogenitales respectivas. No está “perdiendo” el tiempo, está leyendo una especie de mapa geográfica del lugar (¿qué hay?, ¿quién está ahí?, ¿quién ha estado ahí?), en un caso, y la tarjeta de identidad de su semejante, en el otro.
Olfato del perro: órgano de Jacobson
Incluso cuando nosotros regresamos a casa, nuestro perro a menudo toma un poco de tiempo para olernos: no nos hace preguntas, no puede hacerlas; pero, en realidad, lo que a él le interesa saber, es descubrirlo todo simplemente oliéndonos: ¿dónde hemos estado?, ¿cómo estamos dispuestos? y también … ¡con quién hemos estado! (y en general se pone muy interesante si huele el olor de otro perro, a menudo, se agita… Digamos que “traicionar” a un perro sin ser descubierto, ¡es imposible!)
Para nosotros, una clínica veterinaria es un lugar donde simplemente hay perros, sus dueños y médicos. Para nuestro perro es un «concierto» de información que recibe por medio de los olores de los otros perros que están presentes, pero también de los que han pasado por allí.
Mientras que nosotros vemos un perro blanco, uno pequeño, uno grande… nuestro perro “ve” con su sentido del olfato la edad, sexo, disponibilidad sexual, estado de salud o enfermedad, estado emocional (ansiedad, miedo, agresión …), el carácter fuerte o la sumisión de todos los otros perros que se encuentran presentes.
Los perros tienen (como los gatos) un órgano vomeronasal, llamado “órgano de Jacobson”, que les permite percibir feromonas, sustancias químicas particulares producidas por algunas glándulas. Las feromonas son las que le proporcionan todos los detalles útiles y necesarios sobre los otros perros, informaciones esenciales para su vida social.
Olfato del perro: diferencias con el hombre
Para entender cuán potente es el sentido del olfato de un perro en comparación con el nuestro, las cifras serán suficientes: la superficie del epitelio olfativo de un perro tiene una extensión que mide entre 18 y 150 cm cuadrados mientras que en los humanos mide de 2.5 a 4 cm cuadrados.
Los receptores olfativos en un perro alcanzan los 220 millones en un Labrador Retriever, 200 millones en un Pastor Alemán, 147 millones en un Fox Terrier, 125 millones en un Dachshund (perro salchicha), 100 en un Bulldog … ¿Y en el ser humano? En el hombre son solamente 5 millones.
Al centrarse en esta clasificación de las capacidades olfativas de algunas razas, se observará que disminuyen según el cambio de tres variables.
En primer lugar, dependiendo de la morfología facial del perro: los perros braquicéfalos (es decir, con un hocico aplanado), muestran una disminución en la longitud del tracto respiratorio, lo que reduce la duración del tiempo del paso del aire.
Otro factor que determina un sentido del olfato más o menos potente, es la extensión de la mucosa olfativa y, por consiguiente, del número de receptores olfativos.
La tercera variable es la selección genética.
Con un adiestramiento adecuado y específico, las habilidades olfativas de un perro pueden desarrollarse, refinarse e incluso especializarse para la búsqueda de ciertas sustancias.
El Labrador Retriever es actualmente el perro más apreciado y utilizado para la búsqueda de artefactos explosivos, drogas y personas enterradas bajo los escombros. ¿Por qué?. La razón es simple: un Labrador tiene el mayor número de receptores olfativos entre todas las razas caninas y puede reconocer 500,000 olores; por otro lado, el ser humano solo distingue 4,000.
Puede que nos resulte difícil imaginar el universo en el que vive el perro: en muchos aspectos es diferente al nuestro. Vemos cosas que él no ve, pero siente cosas que no oímos. Sobre todo, mientras que nuestros ojos no pueden ver lo que está oculto o lo que «ha desaparecido», su sentido del olfato puede hacerlo.
Si tienes más dudas, puedes consultar a un profesional cerca de tu casa, que te brindará una buena atención y responderá a todas tus preguntas.
Publicado en Mi Cachorro