Los investigadores llegaron a esta conclusión por pura casualidad mientras hacían un estudio de canes con capacidad para aprender palabras. La gran mayoría de perros no pueden memorizar los nombres de dos juguetes.
Pero los perros que participaron en el estudio, todos border collies, pudieron recordar como mínimo 10 juguetes de los que los expertos les habían enseñado los nombres. Es más, uno de los ejemplares, cuyo nombre es Whiskey, recuperó nada más y nada menos que 54 de los 59 juguetes que le habían mostrado.
Durante varios meses probaron las habilidades de los canes para memorizar las etiquetas de los juguetes. Sus dueños colocaron juguetes en otra estancia de la casa y se los pidieron por su nombre. Únicamente siete perros superdotados lo hicieron, y todos mostraron un rasgo en común: inclinaban la cabeza hacia un lado para atender las instrucciones.
Andrea Sommese, investigadora de comportamiento animal en la Universidad Eötvös Loránd, explica que era un patrón consistente, de forma que decidieron investigarlo.
Los científicos hallaron que, cuando a los perros superdotados se les pidió que recuperaran el juguete, el 43% ladearon la cabeza en docenas de pruebas, frente al 2% de los canes típicos que lo hicieron. Es más, los animales incluso tenían un lado de preferencia, del mismo modo que los humanos favorecemos la mano derecho o izquierda.
Todos los border collies del estudio estaban familiarizados con las palabras, pero únicamente los superdotados que sabían el significado de las palabras inclinaban la cabeza. Por lo tanto, se trata de un signo de alta concentración y atención relacionado con el procesamiento mental.
Monique Udell, investigadora de la interacción humano-animal en la Universidad Estatal de Oregon, Corvallis, considera que los resultados del estudio pueden proporcionar una nueva dirección para la investigación del comportamiento canino.