¿Debemos dejar a nuestro perro olfatear en los paseos? ¿Que huela a otros perros, su orín, la hierba, diferentes objetos? Hablamos de la importancia del olfato en la socialización.
Lo visto anteriormente son solo muestras de la enorme capacidad olfativa del perro. Pero, ¿realmente actuamos de manera adecuada en el día a día con respecto al olfato de nuestros compañeros caninos?
Socialización y olfato: la combinación perfecta.
La mayor parte de personas que tenemos un perro en la familia, buscamos que nuestra convivencia con ellos sea amable.
A grandes rasgos, para la mayor parte de familias, esto significa que el perro se encuentre bien tanto en casa como fuera de ella, que no tenga miedo; y que no aparezcan problemas de agresión hacia otros perros y/o personas. Obviamente, esos problemas pueden tener diferentes orígenes, pero uno de ellos, y sin duda uno de los más frecuentes, es una socialización inadecuada.
En este sentido, el perro debe conocer su entorno de una manera segura. Y, para ello, nuestro mejor aliado es el olfato. El perro conoce y reconoce el entorno fundamentalmente por el olor.
1.- En el paseo debe primar la calidad a la cantidad.
Es preferible (y mucho más saludable a nivel mental) un paseo de 500 metros en el que el perro se haya parado a olfatear todo lo que quiera, que 5 kilómetros de marcha continua en el que no haya tenido oportunidad de olfatear absolutamente nada.
2.- Deja a tu perro que “lea sus mensajes de whatsapp”.
Los perros utilizan la orina, además de para expulsar las sustancias sobrantes del organismo, como una forma de comunicación. Con la orina, van dejando “mensajes” a otros perros que, a su vez, los “leen” a través del olfato.
Probablemente, en el mundo humano, esto no es muy divertido (incluso nos puede provocar cierta repulsión); pero en el mundo del perro, es algo frecuente y, sobre todo, interesante a nivel de comunicación, estimulación y socialización.
3.- Dedica tiempo suficiente a investigar nuevos lugares.
Cuando llegamos a una ciudad que no conocemos, los seres humanos enseguida buscamos un mapa y, en su defecto, vamos identificando lugares clave para no perdernos. El perro también tiene esta necesidad.
Quizá tu conozcas perfectamente la ciudad en la que vives, pero tu perro no. Así que, igual que tú dedicas un tiempo a orientarte, tu perro se va a sentir más seguro si tiene ese tiempo para olfatear y conocer su entorno.
4.- Premia el uso del olfato y evita corregirle cuando lo usa.
En ocasiones, en nuestro trabajo de educación canina, nos encontramos con perros que no usan el olfato. Son perros que, con frecuencia, se encuentran permanentemente alerta a nivel visual y acústico. Esto (no siempre) puede tener que ver con haber castigado el uso del olfato.
Cuando es así, el perro debe “fiarse” de la vista, por ejemplo; un sentido que es mucho menos fiable y que puede provocar inseguridades en el perro. Así pues, siempre que tengas ocasión, invierte tiempo y esfuerzo en premiar al animal cuando olfatea y evita la corrección cuando está olfateando.
5.- Complementa o reemplaza los juegos visuales por juegos olfativos.
Una manera amable y divertida para que el perro conozca y reconozca un entorno, es hacerlo a través de sencillos juegos de olfato. Estos pueden sustituir o ser complementarios a los visuales como tirar la pelota, un mordedor, palo…
Prueba a colocar sus snacks favoritos en una alfombra olfativa, por ejemplo, e invítalo a que los encuentre ¡verás cómo disfruta y desarrolla su olfato!
Si conseguimos que el perro realice estos juegos, tanto en el exterior como en el interior, estaremos favoreciendo de nuevo el uso del olfato.
Si estás convencido que tu perro tiene un olfato extraordinario, déjale que olfatee. Además, siempre que nuestro perro use su olfato con frecuencia y con cierta intensidad, conseguiremos cansarlo no solo mentalmente, sino también físicamente.
Por último, recuerda que el mundo del perro no es tal cual lo entendemos los humanos y que, para promocionar su bienestar y salud, debemos ponernos en su piel y ayudarles a comprender nuestro mundo humano y, en esto, el olfato es nuestro gran aliado.