Félix Rodríguez de la Fuente había puesto sus ojos en esta prueba. Se había desplazado a Alaska con gran parte de su equipo para continuar la serie de 'El hombre y la Tierra'.
Se habían propuesto seguir esta carrera para demostrar su dificultad. Mientras la seguían, un 14 de marzo de 1980, la avioneta en la que viajaba el naturalista junto a Teodoro Roa, Alberto Mariano Huéscar y el piloto Warren Dobson, se estrelló y murieron todos sus ocupantes.
A pesar de ser un hombre curtido en mil batallas. Poco temeroso de ninguna de las fieras de la naturaleza, pero con un gran miedo: volar. A pesar de todo, a pesar de ese miedo, unas de sus últimas palabras antes del accidente fueron: "Alaska es un hermoso lugar para morir".
Aquel 14 de marzo, el equipo de 'El hombre y la Tierra' se iba a desplazar en dos avionetas. Poco antes de subir se dieron cuenta de que una de ellas perdía aceite. No era grave. Se podía arreglar. Pero Félix ya no quería montar en esa avioneta.
Subió a la otra, a la buena. Pero el destino quiso que el accidente segara la vida de todos los que viajaban en ese vuelo. La avioneta que había perdido aceite aterrizó sin problemas, pero ya no pudieron hacer nada por sus compañeros. El lugar exacto de la catástrofe fue Shaktoolik (una pequeña población de esquimales) cerca de la costa del mar de Bering.
Hoy, 42 años después, Iditarod sigue siendo la carrera de trineos tirados por perros más dura del mundo. Cada año, ya van 49 ediciones, miles de personas acuden a presenciarla en directo. Desde entonces, la palabra Iditarod sigue 'resonando' en la cabeza de los seguidores de Félix Rodríguez de la Fuente.