¡Lo sabía! ¡No soy un rarito! A mí ver pájaros me hace inmensamente feliz, pero no soy el único. Nos pasa a todos.
El estudio, firmado por seis científicos alemanes de diferentes universidades, se titula “La importancia de la diversidad de especies para el bienestar de los humanos en Europa”, y ha sido publicado en la revista Ecological Economics. Según concluye el director de este trabajo, Joel Methorst, del centro Senckenberg de investigación sobre Biodiversidad y Clima, “los europeos más felices son aquellos que pueden disfrutar de numerosas especies diferentes de aves en su vida diaria”.
Alucina, vecina. Cuántos más pájaros tienes cerca más feliz eres. Aunque seas incapaz de distinguir un mirlo de una urraca.
Un estudio en 26 países europeos
Ojo, que éste no es un trabajo cualquiera. Los investigadores recabaron datos sobre el grado de satisfacción y la información socioeconómica de más de 26.000 ciudadanos procedentes de 26 países diferentes del continente europeo.
Y lo relacionaron con la distribución de las especies de aves, mamíferos, árboles, además de otros factores externos como el clima o el paisaje.
Más importante que el dinero
Otra conclusión increíble es que los europeos, y no solo yo, preferimos tener más pajaritos (en la cabeza y alrededores) que más dinero. Un aumento del 10% en la riqueza de especies de aves incrementaría un 0,052 la satisfacción vital de la ciudadanía, mientras que un aumento en los ingresos económicos de un 10% tan solo aumentaría esa satisfacción en un 0,034.
Podríamos decir por tanto que ha quedado científicamente demostrado que el dinero no da la felicidad. Está claro. La naturaleza nos produce mucha más felicidad. Recuerda que somos biófilos, necesitamos el campito tanto como el comer.
Gana España
Otro dato importante. No por casualidad, el estudio pone como ejemplo a España. Porque somos el país europeo con mayor riqueza de especies de aves y también uno de los más felices.
Los investigadores sostienen que la cercanía de las aves nos reporta más bienestar psicológico que el propio dinero. Siempre y cuando, eso sí, se mantengan estables unos niveles socioeconómicos mínimos, junto con una climatología benigna y paisajes bien conservados.
Porque como bien decía Groucho Marx, “la felicidad está hecha de pequeñas cosas: un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna…” Y sí, también pequeños pajaritos cantándote al amanecer.
Artículo de referencia: Methorst, Joel & Rehdanz, Katrin & Mueller, Thomas & Hansjürgens, Bernd & Bonn, Aletta & Böhning-Gaese, Katrin, 2021. «The importance of species diversity for human well-being in Europe,» Ecological Economics, Elsevier, vol. 181(C).
Escrito por César Javier Palacios en La Crónica Verde