Influyen positivamente sobre el aspecto y la calidad del pelo. Muchos problemas, como un pelo opaco y quebradizo o seborreico, mejoran al iniciar una suplementación con ácidos grasos.
Algunas enfermedades del sistema inmune, sobre todo aquellas que afectan a la piel, mejoran gracias a su acción.
En el caso de alergias e inflamaciones, su uso reduce el prurito en un 40%, aproximadamente. El perro o gato se rascará menos, y así disminuirá la ansiedad que genera el picor constante, la piel se regenerará antes y evitamos lesiones por rascado.
Disminución en infecciones varias de la piel y oídos (otitis) así como prevención de daño renal.
Prevención de problemas cardiovasculares varios debido a su efecto cardioprotector.
El DHA (un tipo de ácido graso omega 3) ha demostrado ser clave en el desarrollo neuronal de los cachorros, por lo cual es beneficiosa la suplementación a la madre durante la gestación.
También se ha demostrado que el DHA del omega 3 hace que los cachorros aumenten sus cualidades para entrenamiento y aprendizaje. El DHA es uno de los ácidos grasos esenciales que se encuentra más abundantemente en el cerebro, y se sabe que es vital para una adecuada función mental.
El uso continuo de los ácidos grasos omega 6 y omega 3 se traduce a la larga en una mascota más sana. Sus efectos pueden observarse a partir de las tres o cuatro semanas de administración y carecen de efectos secundarios, por lo que pueden tomarlos toda su vida. Existen en la actualidad numerosos suplementos dietéticos para perros y gatos ricos en estos ácidos grasos, y algunos piensos de gama Premium y dietas veterinarias introducen en sus formulaciones fuentes de omega 3 y 6 como los aceites de pescado, algas, krill y algunos aceites vegetales.