Redescubramos al Cocker y enamorémonos de nuevo de estas razas que tienen tanto que ofrecernos.
• Cocker Spaniel Inglés
Orígenes de una raza muy antigua
Los spaniels componen una familia de perros de caza que han acompañado al cazador británico desde hace al menos seis siglos, mucho antes de la invención de las armas de fuego, cuando los perros levantaban las aves o los pequeños mamíferos para que las rapaces domesticadas por el hombre les dieran caza u fueran capturadas por las redes. Sin embargo, el Cocker propiamente dicho aparece como raza diferenciada en 1870. El Field Spaniel, o Spaniel de tierra, como así se conocían a los perros de esta familia canina que desempeñaban sus labores en tierra firme, para diferenciarlos de aquéllos que se especializaron en la caza en agua. Los Field Spaniels fueron divididos en dos categorías básicamente atendiendo a su tamaño: por encima de las 25 libras (11,5 kilos) y por debajo de dicho peso.
Los principales problemas en la cría se manifestaban en forma de patas cortas, cuerpos alargados, costillares anchos, escasa angulación de los miembros traseros... Había mucho trabajo por hacer, y fueron muchos los que se propusieron convertir a aquel perro de campo, nacido de la selección única que obligaba el tamaño y el peso, en un perro con una situación morfológica a la par con su valía como perro de trabajo. Poco después, la raza contaba con ejemplares con espaldas más firmes, mejores angulaciones en los puntos clave, como las escápulas o los miembros posteriores, lomos más cortos, patas de una longitud equilibrada con la altura del cuerpo, cuellos estilizados, en definitiva, perros con una morfología correcta. Desde entonces (hablamos del siglo XIX), hasta la actualidad, los Cockers han seguido evolucionando, sobre todo en tema de colores.
Carácter y educación
El Cocker es un perro con un carácter del que se ha hablado largo y tendido. Las discusiones han desembocado en varias vertientes. Hay quien ha intentado denostar la raza, basándose en teorías que no pueden apoyarse en fundamentos sólidos. La manera de comportarse del Cocker Spaniel Inglés es la de un perro alegre, feliz, capaz de alegrarnos el día más gris con sus atenciones. Es un perro que no pide atenciones, sino que será él quien las repartirá entre los suyos. Su alto grado de sensibilidad le convierten en el compañero perfecto. En el campo se desarrolló como un perro de caza rudo, un asistente que se compenetra de manera muy eficaz y temprana con su compañero de caza, formando un equipo letal para las piezas que se ocultan de él en el monte. Los criadores se han encargado de conseguir que esas características se hayan mantenido hasta nuestros días, lo que nos permite disfrutar de un perro que entabla una relación muy especial con sus dueños, con los que estrecha unos lazos muy fuertes.
Es un perro muy sumiso y que acepta de buen grado las correcciones, lo que le hace muy adiestrable y apto para muchas modalidades de trabajo deportivo y de asistencia al ser humano. De hecho, no resulta difícil encontrar Cockers triunfando en pruebas de Agility o acompañando a miembros de las Fuerzas de Seguridad en labores tan especializadas como la detección de explosivos o estupefacientes, o el rescate de personas en catástrofes.
• Cocker Spaniel Americano
Historia de un comienzo
Hablar del Cocker Spaniel, sin más, puede llevar a confusiones dependiendo el lugar en el que nos encontremos. En Estados Unidos se suele omitir el adjetivo “american”. Como hemos visto, hasta finales del siglo XIX no se comienzan a exportar ejemplares ingleses a Norteamérica para su utilización en la caza de aves como la becada, el faisán o el numeroso y preciado urogallo. En el año 1881 se fundó el American Cocker Spaniel Club, pero no fue hasta la década de los años 30 del siglo pasado cuando los perros que se criaban en el continente americano comenzaron a diferenciarse de los perros del viejo continente. Esto fue consecuencia sobre todo de los criadores que enfocaban su trabajo hacia las exposiciones caninas. Su objetivo fue el de reducir el tamaño para hacer de ellos mascotas más manejables para los criadores tradicionales, los que seguían criando única y exclusivamente perros para la caza, se mostraron contrarios a la nueva tendencia americana, por lo que trabajaron para conseguir diferenciar ambas variedades hasta dejar claro que se trata de razas distintas.
En 1935 se formó el primer club diferenciado y se prohibió cualquier cruce entre los nuevos perros más pequeños y los perros cazadores tradicionales. En 1946, el American Kennel Club aceptó formalmente la existencia de dos razas distintas.
El éxito del nuevo Cocker no se hizo esperar. Se extendió por todo el país y no tardó en llamar la atención de los criadores sin escrúpulos, pero la intervención de los criadores más serios rescató a los ejemplares más representativos y consiguió que la raza saliera adelante y se convirtiera en una de las más famosas en el país que lo desarrolló y se extendiera por otros países en pocos años.
Equilibrado y excelente compañero
Uno de los aspectos que más agradan a los seguidores de esta raza es la expresión que refleja su cara. El estándar lo describe como sigue: “La expresión debe ser inteligente, alerta, dulce y atractiva”. La expresión de esa dulzura es sólo la muestra de lo que encierra este perro en su interior. El equilibrio es la nota predominante. Su carácter goza de un gran equilibrio, que se manifiesta en un trato ideal, cercano, alegre y libre de timidez hacia el ser humano y hacia los demás perros. Su tendencia al juego es muy alta, algo que rivaliza con su capacidad de aprendizaje e inteligencia. Se adapta a la vida en espacios reducidos, pero no deben faltarle los paseos al aire libre, donde disfruta dando rienda suelta a sus instintos de caza. Sin embargo, aunque se desarrolló como perro de caza, actualmente son pocos los perros que se dedican a este menester, habiéndolo sustituido por el rol de perro doméstico y de exposiciones.
Actualmente, el Cocker Americano se ha logrado convertir en una raza muy extendida y conocida tanto dentro de Norteamérica como fuera de sus fronteras. La razón la encontramos en el gusto por la estética, que en esta raza ha alcanzado una cota altísima debido a que la selección ha sido llevada a cabo exclusivamente sobre el aspecto morfológico, dejando de lado las excepcionales cualidades como perro de caza.