En 1914 se creó la primera sociedad española de salvamento a náufragos. Desde entonces hemos vivido una gran evolución en el socorrismo, que ha pasado por las mejoras de habilidades técnicas, en materiales y en la instrumentalización de los rescates con elementos de apoyo y transporte (helicópteros, motos de agua, etc.).
Hasta ahora, en España, en socorrismo acuático se ha usado el perro de manera únicamente deportiva; no existía literatura ni grupo alguno que entrenase a estos animales en salvamento acuático para rescates reales. Uno de los objetivos de este artículo es demostrar que ya existe un grupo de rescate acuático con perros con niveles totalmente operativos.
La raza
La raza más utilizada en los rescates acuáticos es la de perro Terranova, aunque hay otras razas, como el Labrador y el Golden Retriever que también son aptas.
Los Terranova son perros de grandes dimensiones, peso y fuerza (los machos pesan entre 65 y 70 kg, y las hembras entre 50 y 55 kg). Tienen patas palmeadas con membranas interdigitales (similares a las de los patos) (fig. 1), y una doble capa de pelo que aísla la piel e impide que se moje incluso en caso de inmersión. Estas características lo dotan de una gran potencia de remolque –1.500 kg–, y de una resistencia física y tolerancia al frío en agua superiores a las del humano. De hecho, este tipo de perros son muy utilizados en países nórdicos como perros de asistencia y rescate en expediciones.
En España hay varios grupos de rescate acuático que trabajan con perros que realizan rescates de manera deportiva enviando al perro a sacar gente del agua en solitario. Sin embargo, este tipo de rescate presenta algunos problemas: una persona en estado de distrés acuático (con dificultad o incapacidad para nadar, pero capaz de pedir ayuda) puede asustarse al ver acercarse un animal de esta envergadura; además, el animal la podría lesionar inintencionadamente con las zarpas al nadar. Una víctima activa (incapaz de nadar y pedir ayuda, usa sus últimas energías para mantener la vía aérea fuera del agua, con la conocida angustia vital) puede incluso ahogar al animal de la misma manera que ahogaría a un socorrista. En caso de víctima pasiva (flotando inconsciente boca abajo), el perro no puede voltearla en el agua, de modo que la vía aérea quedaría sin liberar durante el remolque a tierra.
El Grupo de Rescate Mare Nostrum (GRMN), creado en 2002, comenzó estas prácticas de salvamento en 2009, y tras la incorporación de personal profesional (formadores de salvamento acuático, formadores de primeros auxilios y DESA, socorristas profesionales, adiestradores y educadores caninos, expertos en salvamento, etc.) se empezó a adaptar e investigar cómo usar a estos animales de manera eficaz y versátil para adaptar el trabajo de un perro a rescates reales. En el año 2013 se creó la Asociación Cinológica Española de Socorrismo Acuático (ACESA), que elaboró un reglamento para trabajo en agua, enfocado de manera profesional, para poder evaluar a los socorristas guías y perros en niveles, y que está orientado específicamente a la realización de rescates en situaciones reales.
En el continuo proceso de innovación se ha llegado a la conclusión de que en ningún caso el perro puede realizar rescates en solitario, ya que supone un riesgo potencial para la vida del animal y de la víctima.
Nace el concepto de binomio
Aunque está claro que el concepto de binomio ya existe en todo lo que implique trabajo con animales (guía-perro), se ha llegado a la conclusión de que un perro jamás puede sustituir el trabajo de un socorrista, pero sí puede aportar una valiosa e insustituible ayuda en el rescate cuerpo a cuerpo y en el rescate con multitud de materiales.
Cómo trabaja el binomio socorrista guía y perro
Los rescates que realiza el socorrista guía (SG) son convencionales; el gran avance que supone contar con un perro entrenado reside en el apoyo para el socorrista. Al disponer del animal para que lo remolque a tierra, puede realizar una natación explosiva en dirección a la víctima, sin necesidad de economizar energía para el regreso como cuando va en solitario. La extracción a tierra se puede realizar de varias maneras: el SG puede sujetar con una mano a la víctima y con la otra el arnés del perro; y también se puede realizar enganchando una línea de vida al arnés del animal que remolca. Una tercera opción, invención del GRMN es el arnés manos libres, dotado de una línea de vida que parte del SG (chaleco, arnés, etc.) y cuyo extremo muerde el perro (con o sin mordedor).
El transporte de estos perros conlleva una logística específica, ya que el vehículo ha de estar adaptado a los requisitos legales (trasportín, reja, etc.) y bien refrigerado.
En general, los perros conviven con su SG, que ha de hacerse cargo de los cuidados de alimentación y del pelo, de las visitas al veterinario, etc.
En situaciones de trabajo real, los animales precisarían instalaciones apropiadas a pie de playa, guarecidos del sol y del calor, igual que los socorristas humanos.
No obstante, en España está prohibida la entrada de animales en la playa, lo que dificulta enormemente las tareas de entrenamiento y adiestramiento en estas zonas. A menudo, el GRMN realiza cursos de socorrismo acuático canino en playas, aunque existen verdaderos problemas para conseguir los permisos para acceder a estas. Paradójicamente, todas las puertas se abren cuando organismos oficiales solicitan la realización de exhibiciones en sus mejores instalaciones y playas. ¿Dónde, pues, podemos entrenar con los perros para tales eventos?
A pesar de ello, tanto el GRMN como otras muchas asociaciones luchan para que cambie esta normativa, y del mismo modo que un perro lazarillo puede acceder a estos lugares, los de rescate también puedan hacerlo.
Cierto es que en España, aunque muy lentamente con respecto a otros países como Italia, Francia etc., la sensibilización sobre estos temas está creciendo y ya existen playas habilitadas para perros para uso recreativo, pero aún no se ha incorporado el trabajo con perros de rescate acuático. Afortunadamente, en junio de 2014, localidades como San Pedro del Pinatar (Murcia) acaban de publicar en su bando de playas la excepción a la presencia de animales, y mencionan a perros lazarillo y –por primera vez– de salvamento. Además, se ha puesto en marcha un proyecto piloto pionero en el país, en el que un socorrista va acompañado de un Terranova entrenado por el GRMN.
1 Técnico en Emergencias Sanitarias. SAMU. San Pedro del Pinatar. Murcia. España.
2 Médico de Familia y Comunidad. Murcia. España.
3 Técnico en Emergencias Sanitarias. 061Galicia. España.