«La noción de que es divertido ver animales siendo coaccionados
para actuar como torpes humanos, o entretenido ver a animales fuertes
reducidos y acobardados por golpes y latigazos, apoya la vieja idea de
que somos superiores a animales de otras especies y tenemos derecho a
dominarles.»
Dr Desmond Morris, antropólogo y experto en comportamiento animal.
Los circos se nos presentan como lugares atractivos,
divertidos, y originales, y por ello son visitados por muchos niños
atraídos también por los animales que pueden ver en ellos . Por
desgracia en aquellos circos que utilizan animales existe otra realidad
detrás de la alegría y el colorido de las carpas, los payasos y los
malabaristas animales, una realidad llena de sufrimiento, privación y
muerte. Para los animales que son obligados a vivir en los circos,
existen pocas cosas positivas: simplemente diferentes formas de
experimentar malestar y sufrimiento.
Privación de libertad:
Todos los animales obligados a vivir en los circos,
los tigres, leones, oso, elefantes, etc. viven privados de libertad
durante toda su vida y la mayoría de las veces solo salen de sus jaulas,
cajas o son liberados de sus cadenas para ser obligados a realizar
ridículos trucos. Estos animales son individuos que recorrerían cientos
de kilómetros si pudiesen para buscar cobijo o comida, y para los cuales
no poder disfrutar de grandes espacios abiertos donde correr, caminar,
explorar o jugar les ocasiona un sufrimiento inimaginable. Los animales
encerrados en los circos se encuentran en lugares o espacios cerrados
donde, alejados de las familias de las cuales fueron separados y de todo
que les haría felices comen, beben y hacen sus necesidades.
Los trucos:
Aquellos números o trucos que tanto gustan al público
se obtienen tras horas de entrenamiento durísimo que causa una gran
cantidad de angustia y sufrimiento a los animales sometidos. Al
padecimiento físico provocado por la repetición incesante de ejercicios
que les resultan muy incómodos y los golpes que demasiadas veces reciben
por parte de sus "adiestradores" para que aprendan de manera rápida y
sean "obedientes", se une el dolor psicológico ocasionado por la
confusión de no entender muy bien por qué son obligados a llevar acabo
dichos trucos. Los elefantes, los tigres, los leones u otros animales
nunca andarían en bicicleta, ni atravesarían bolas de fuego, ni
sostendrían pelotas por sí mismos, estos trucos en realidad son
incómodos para ellos, lo hacen en contra de su voluntad y porque tienen
miedo de las consecuencias que tendría no hacerlo.
Igualdad Animal ha realizado varias
investigaciones en diferentes circos, comprobando así en primera persona
el padecimiento de los animales en estos lugares. A finales del 2008 y
durante varias semanas, una activista de nuestra organización infiltrada
en varios circos documentó como por ejemplo los animales permanecían
encadenados y/o enjaulados todo el tiempo que no participaban en el
espectáculo presentando por ello diferentes trastornos tanto físicos
como psicológicos.
El transporte de una ciudad a otra:
Los circos viajan miles de kilómetros para poder llevar su
espectáculo a diversas ciudades, pueblos y paises. Los animales
obligados a formar parte de estos circos padecen enormemente durante
estos largos viajes y muchos mueren en el camino. En estos viajes, lo
único que conocen los animales son las cadenas que les impiden moverse y
las jaulas donde viven en las que comen y duermen. En ocasiones los
compartimentos en los que viajan no cubren ni sus necesidades más
mínimas, la falta de ventilación, de comida y/o agua o de cuidado
veterinario convierten estos viajes que pueden durar varias semanas en
auténticas pesadillas.
Las enfermedades y la muerte:
Debido a la falta de ejercicio, socialización,
actividad o entretenimiento los animales utilizados por los circos son
víctimas a menudo de graves enfermedades mentales. Comportamiento
estereotipado, es decir moverse de lado a lado de manera repetitiva,
golpes en la cabeza, morder los barrotes y automutilizarse son solo
algunos de los síntomas más comunes de desordenes psicológicos que
manifiestan debido al encierro y el trato que reciben en los circos.
Pero también son víctimas de terribles enfermedades físicas que
convierten sus vidas en angustia y dolor, la falta de higiene y
ejercicio, los golpes de los "adiestradores" con baras y látigos, las
cadenas etc. hacen que muchas veces los animales sufran la rotura de
algunos de sus miembros.
Las patas de los elefantes por ejemplo, se
resienten terriblemente debido a las cadenas y a que son obligados a
sostenerse sobre dos patas para algunos números. Los animales que viven
en los circos tienen los días contados, ya que muchos de ellos son
matados o abandonados cuando se hacen mayores o se ponen enfermos,
dejando así de desempañar la función que hace que otras/os valoren sus
vidas: la de servir a un espectáculo. Otras veces, los circos los venden
a otros circos, zoológicos, colecciones privadas de animales exóticos, e
incluso a laboratorios de investigación. Generalmente terminan sus
vidas de una forma tan triste como las vivieron: en reclusión, bajo
coacción y miseria.
Diversión sin animales:
En otros países los circos con animales están
prohibidos y con tu ayuda es posible que suceda lo mismo cada vez en más
sitios. En primer lugar debemos mostrar nuestro rechazo al uso de
animales como entretenimiento, no acudiendo a los circos con animales.
Pero también es necesario que nos opongamos al especismo y a la
explotación animal, informando sobre por qué respetamos a los demás
animales y/o apoyando a organizaciones como la nuestra.
Publicado en Igualdadanimal