Las vasijas de terracota de 5000 años de antigüedad con imágenes de perros lo demuestran: las raíces del alopekis se remontan a la Antigua Grecia. De hecho, el filósofo griego Aristóteles (384-322 a. C.) mencionó al alopekis en alguna ocasión. Los hallazgos de huesos hacen pensar a los cinólogos que este perro griego era el antepasado de las razas spitz. Aunque esto no esté demostrado, está claro que los alopekis son perros ancestrales.
Estos pequeñines no se basaban antiguamente en la cría específica de las personas. Más bien, la ubicación aislada de la isla hizo que estos perros pequeños se aparearan entre ellos con frecuencia. Probablemente existía una variante sin pelo en la Antigüedad, que se denominó erróneamente perro sin pelo turco.
Hasta hace pocas décadas, el alopekis se encontraba a menudo en ciudades y regiones rurales de Grecia. Aquí eran apreciados cazadores de ratas y ratones, protegían a las aves de los zorros o hacían de guardianes para las personas.
Sin embargo, en las décadas de 1970-1980 empezaron a llegar otras razas de Europa al país que lo desbancaron.
Aspecto: perro pequeño con pelo variable
Ninguna de las grandes federaciones caninas reconoce al alopekis como raza independiente. Por lo tanto, no existe ningún estándar y el aspecto de esta raza puede variar muchísimo. La mayoría de alopekis recuerdan a un zorro por su estatura. De ahí precisamente viene el nombre griego de la raza: alopekis significa algo así como similar al zorro.
Estos perros tienen una constitución armoniosa y alcanzan una altura de cruz de entre 20 y 30 centímetros. El peso medio de un alopekis es de hasta siete kilos y medio.
En cuanto al pelaje, hay muchas posibilidades: algunos tienen el pelo corto y áspero, y otros, de longitud media. Los ejemplares menos comunes son los de pelo semilargo, ligeramente ondulado y más suave. Lo que todos tienen en común es la presencia de subpelo. En cuanto al color, existen numerosas variantes. Los más populares son el blanco, el marrón y el negro, así como combinaciones de estos.
Carácter: sociable, inteligente y extremadamente tranquilo
En lo que al carácter se refiere, los alopekis pueden ser muy distintos, según cómo se críen. La tendencia se inclina hacia un peludo sociable, inteligente y seguro de sí mismo que no pierde la calma fácilmente.
Este perro es ideal para familias. Se lleva bien con los niños, siempre que estos estén acostumbrados a tratar a los animales con respeto.
Fuera, tiende a cazar animales más pequeños. Si atisba una ardilla, un conejo o un ratón, puede ser difícil hacer que vuelva. Por lo tanto, requiere el adiestramiento correspondiente.
Lo mismo pasa con los ladridos. Dado que el alopekis tiene alma de vigilante, puede desarrollar el hábito de ladrar con estridencia. Esto hay que contrarrestarlo desde el principio.
Si adoptas un perro adulto de la protectora, es conveniente que te pongas en contacto antes con un adiestrador. Este podrá ayudarte a superar los obstáculos cotidianos junto con tu perro.