Si el gato o los gatos que viven ya en casa fueron separados de su madre y hermanos muy pronto, y no han tenido relación con otros gatos en todo su desarrollo, es normal que al principio les cueste más adaptarse a esta nueva situación. Si por el contrario, ese gato ya ha convivido antes con otros gatos, aunque al principio parezca que lo rechaza, la adaptación será más fácil. Si os encontráis en el primer caso, lo ideal es elegir un gatito de menos de 6 meses de vida porque el proceso suele ser más rápido y fácil, pero también es cierto que los adultos tienen menos probabilidades de ser adoptados y también merecen una oportunidad.
Antes de introducir al nuevo gato
Es importante saber que no solo va a ser un gran cambio para los gatos que ya estén en casa, sino que además, el nuevo gato que entre a la casa también va a tener que sufrir un cambio de ambiente, nuevos espacios, aceptar nuevos miembros de la familia… Por todo esto, lo ideal es que, en caso de ser posible, una semana o unos días antes de introducir al nuevo gato, se empiece a llevar a casa alguna mantita o cama de ese gato para que los nuestros empiecen a reconocer su olor.
Además, desde hace algunos años existen en el mercado feromonas felinas sintéticas, en varios formatos (aunque para esto en concreto os recomendamos el formato difusor) que les ayudan muchísimo a llevar mejor una situación de estrés como en este caso.
Nos gustaría avisar de que estos productos no son 100% eficaces en todos los casos, pero sí que deben ser obligatorios en cualquiera de estas situaciones.
Es importante realizar una visita al veterinario con el nuevo gato antes de introducirlo en casa. Por desgracia, muchos gatitos de la calle vienen enfermos aunque no lo aparenten y pueden ser un peligro para los gatos que ya tengáis en casa. Hay que realizar una exploración general al animal y descartar que tenga parásitos internos, pulgas o ácaros. Estos parásitos son altamente contagiosos entre los gatos (también de gato a perros) y así evitaremos que se propaguen al resto de la familia, es muy desagradable que entren pulgas en casa y, por desgracia, un alto porcentaje de gatitos que vienen de la calle presentan pulgas y ácaros en los oídos (hemos llegado a verlo hasta en gatitos de criadero).
Por otro lado, si el nuevo gatito tiene más de 6 meses también recomendamos realizar el test de leucemia e inmunodeficiencia felinas, virus altamente contagiosos entre gatos. En esa misma consulta se os informará mejor, adaptándonos a cada caso en particular, de cómo pasar de la mejor manera posible este proceso de introducir un nuevo gato en casa.
Sabéis que siempre recomendamos la castración de las gatas por evitar camadas indeseadas y enfermedades y, en el caso de los gatos, comportamientos indeseados como el marcaje con la orina. En este caso, también está aconsejado, ya que resultará mucho más fácil, ir introduciendo animales nuevos a la familia si están castrados, para reducir los comportamientos territoriales asociados a hormonas sexuales.
Ya tenemos al nuevo gato en casa, ¿qué hacemos ahora?
Bien, lo primero, llegados a este punto, es que tengáis muchísima paciencia porque este proceso puede llevar desde semanas (en la mayoría de los casos) hasta algunos meses, y es muy importante que no forcéis la situación.
Hay que habilitar una habitación en casa para ese nuevo gato. A ser posible, una habitación en la que los gatos que ya hay en casa no tengan sus cosas (pensar que es su territorio) ni transiten de manera frecuente. Ahí se alojará el nuevo gato junto con su comedero y bebedero, juguetes, alguna cama y, más alejado, un arenero. Nosotros siempre recomendamos un tipo de arenero con paredes que impiden la visión y dan un poco más de intimidad al gato. En las primeras fases de introducción de un gato, es muy importante que haya el mínimo contacto visual, por lo que este arenero es la opción ideal para esta función.
Este espacio será su hogar durante unas semanas, la puerta debe permanecer siempre cerrada, así evitaremos conflictos entre los gatos y al mismo tiempo pueden empezar a escucharse y olerse. Como es normal, al principio querrán esconderse, por lo que es recomendable que tapéis los espacios que quedan bajo los armarios para que no se metan, y así evitar que se puedan hacer daño.
Os recomendamos que durante la primera semana que el nuevo gato esté en casa, únicamente se hagan intercambios de juguetes y mantas. Tras pasar la primera semana, podemos empezar a realizar los primeros contactos visuales. Este punto es muy importante, ya que deben realizarse siempre bajo vuestra supervisión y con el nuevo gato dentro de un transportín. Es normal que las primeras reacciones no sean buenas, habrá bufidos pero, día a día veréis que van a menos. Cuando vuestros gatos estén tranquilos viendo al nuevo inquilino, podéis ir ofreciéndoles premios para normalizar la situación. Este punto también requiere de varios días, mi consejo es que vayáis haciéndolo durante una o dos horas diarias, pero siempre bajo vuestra supervisión.
El siguiente paso, siempre que tengamos superado el anterior, son las primeras tomas de contacto. De la misma forma, debe ser siempre con vosotros delante y siempre con la posibilidad de apartarlos si se crea un conflicto. Si el gato es muy tranquilo, cachorro o se queda relajado, os podéis acercar con el nuevo gato en brazos y dejar que el resto de gatos se acerquen y le huelan. Si no, se puede utilizar un transportín o algún arnés de sujeción. Es muy importante evitar las peleas, si las primeras veces que lleguéis a este punto veis que puede acabar mal, debéis dejarlo para el día siguiente y con tiempos más cortos. Con el paso de los días que se vayan oliendo y no existan conflicto, ya podréis dejar que baje de los brazos y vayan teniendo contacto. Muchas veces, los primeros días se ignoran, pero es mejor que cualquier pelea.