Cuando una mujer queda embrazada y va al ginecólogo le realizan análisis de sangre donde se incluye la detección de anticuerpos contra la Toxoplasmosis (detectan si se ha estado en contacto con la enfermedad). Se trata de una zoonosis grave (enfermedad que puede ser trasmitida de los animales al hombre) que puede afectar al bebé durante el embarazo.
La toxoplasmosis se produce por un parásito llamado Toxoplasma gondii que afecta a mamíferos, aves y ser humano (60% de la población está infectada sin saberlo). En el ser humano esta enfermedad no tiene generalmente consecuencias, salvo en personas inmunodeprimidas y mujeres embarazas que no hayan padecido previamente la enfermedad y la contraigan durante el embarazo, pudiendo causar abortos o malformaciones físicas en el feto. Se produce mayor contagio de la enfermedad por el consumo de carnes mal cocinadas de oveja, cabras, cerdos y conejos o por verdura mal lavada antes que por convivir con el gato. Para contagiarnos del gato sería necesario un contagio vía orofecal, es decir, tocar restos de la arena, bandeja, cama, etc. y comernos algo sin lavarnos las manos. No es un contagio directo por tocar al gato ni porque nos arañe.
La de pobres gatos que habrán sufrido las consecuencias…