Haga la primera reunión en territorio neutral. Los perros son muy territoriales y posesivos por naturaleza, por lo que se debe eliminar cualquier estímulo o variable que pueda contribuir a la ansiedad. Elija un lugar de reunión como un parque desconocido para los dos animales.
Supervise de cerca los signos de estrés. Usted conoce a su perro mejor que nadie, así que esté atento a los cambios en el lenguaje corporal, los ladridos, los gruñidos, las embestidas o si el perro tiene los pelos de punta. Signos más sutiles como evasión (girar los ojos o la cabeza), lamerse los labios, jadear (cuando no hace calor), marcar con orina, bostezar y acicalarse excesivamente podrían significar que las cosas se están volviendo demasiado estresantes.
Cuando llega el momento de dejar que los perros interactúen, los dueños tienen un impacto directo en si el saludo saldrá bien o no. Las correas deben mantenerse flojas para que ninguno de los perros se sienta atrapado. Los humanos deben hacer un baile tipo árbol de mayo mientras los perros se mueven para saludarse. Cuando los perros están en conflicto, generalmente responden peleando o huyendo. Cuando la correa está apretada, el propietario ha eliminado la huida como opción. Además, al principio, mantenga las interacciones y los saludos breves, de solo un par de segundos. Luego, redirija a los perros para ayudar a aliviar parte de la presión social.
No se apresure a permitir que los perros se saluden nariz con nariz. Tómatelo con calma como un cortejo. Pruebe estos pasos:
Caminar en paralelo a distancia: los perros (atados con correa) deben notarse entre sí, pero no deben poder alcanzarse.
Siga al líder caminando: haga que un perro camine frente al otro y luego cambie. Permítales olfatear el trasero del otro, ya que esto es mucho menos conflictivo que olfatear de frente.
Intente caminar en paralelo nuevamente, pero esta vez, hágalo con ambos perros en la misma acera.
Si todo va bien, llévelo al patio del dueño y luego adentro de la casa. En este punto, no es necesario que sostenga las correas, sin embargo, manténgalas puestas y deje que cada perro arrastre la correa para que pueda intervenir fácilmente si es necesario.
Incluso si los saludos van bien, no se recomienda dejar a los perros solos sin supervisión durante bastante tiempo. Siempre preste mucha atención durante la hora de comer y asegúrese de que los recursos como camas, tazones de comida y juguetes no sean una fuente de tensión.