Un reciente
estudio de la Fundación Affinity sugiere que perros y gatos pueden
ayudar a compensar emocionalmente cambios en la dinámica familiar, como
la marcha de los hijos
Según
datos recientes, casi la mitad de los hogares españoles, el 46 por
ciento, convive con un animal de compañía, principalmente perros y
gatos. Estos se han convertido en un miembro más de la familia y además
establecen un vínculo afectivo muy especial con todos y cada uno de sus
miembros. Según un estudio reciente de la Fundación Affinity sobre el
vínculo con el animal de compañía en el núcleo familiar, la presencia de
una mascota en nuestros hogares puede ayudar a compensar emocionalmente cambios en la dinámica familiar como, por ejemplo, la marcha de los hijos, lo que se conoce en el argot como «síndrome del nido vacío».
El síndrome del nido vacío es una sensación general de soledad que los
padres u otros tutores pueden sentir cuando uno o más de sus hijos
abandonan el hogar. La Fundación Affinity es una entidad privada sin
ánimo de lucro creada en 1987 por Affinity Petcare, empresa líder en el
mercado español en alimentos preparados para perros y gatos que lleva
más de 50 años velando por el cuidado de los animales.
La
Fundación tiene como misión investigar y divulgar los beneficios del
vínculo entre personas y animales de compañía y llevar a cabo proyectos
de acción social, especialmente en temas de abandono, adopción y
Terapias Asistidas por Animales de Compañía.
Una nueva ilusión
En
palabras de Isabel Buil, directora de la Fundación Affinity, «tanto el
perro como el gato aportan una nueva ilusión, alguien nuevo por quien
preocuparse en el día a día y a quien ver crecer. En definitiva les
permite seguir sintiéndose una familia». El estudio, de carácter
cualitativo, ha analizado cinco tipos de familias (parejas con hijos
independizados, parejas sin hijos, hogares con hijos, familias mono
parentales y singles) para llegar a la conclusión de que tener un animal
de compañía no sólo es beneficioso para las personas como individuos,
sino que también mejora la dinámica familiar en todas las tipologías de
hogares.
Según los datos recogidos por la Fundación Affinity, en un
hogar formado por una pareja aún sin hijos, el animal puede representar
un entrenamiento para las futuras responsabilidades cuando
estos se planteen ser padres. El beneficio que puede aportar el animal
es ayudar a crear familia y hacerles madurar como pareja, porque
refuerza el vínculo entre ellos y les prepara emocional y
estructuralmente para la posible llegada de un nuevo miembro al hogar.
En
un hogar con hijos, se ha observado que el perro o el gato son un nexo
de unión, un motivo de orgullo y en cierto modo, el reflejo de esa
familia. También puede ser un aliado en la educación de los niños,
además de protegerlos y cuidarlos. Como demostró el I Análisis
Científico del Vínculo entre personas y animales de compañía de la
Fundación Affinity (2013), 8 de cada 10 niños, de entre 9 y 12, años prefieren jugar con su perro o su gato que con videojuegos.
Además los lazos afectivos con sus mascotas les ayudan a superar
situaciones de miedo o tristeza y son para ellos una fuente de consuelo
igual que para los padres. La presencia del animal de compañía en casa
puede facilitar que las tareas estén más repartidas.
Apoyo emocional
Los
beneficios de tener un perro o gato en el hogar también se han
observado en el caso de familias mono parentales y singles. En el caso
de las mono parentales, la mascota puede convertirse en el aliado del
progenitor en la educación y protección de los hijos. En estos casos, el
animal proporciona un gran apoyo emocional y ayuda a estrechar vínculos
con los más pequeños.
En el caso de los singles, que
han tomado la opción de estar solos, el animal puede ser un apoyo
emocional muy importante. Además de estos beneficios, el estudio de
Fundación Affinity ha permitido observar otros ya conocidos, como el
apoyo emocional que los animales de compañía proporcionan en momentos de soledad;
y el refuerzo de la comunicación y el nexo entre los miembros del
núcleo familiar, pues tener un animal de compañía demanda consenso y
cooperación.
Convivir con un animal también mejora el estado de salud
de las personas, ya que como se demostró el I Análisis Científico del
Vínculo de la Fundación Affinity, los propietarios de un perro o un gato
van un 15% menos al médico. En el caso de los hombres además tienen
menos colesterol y tensión arterial que los que no viven con un animal
de compañía.