La rabia se contagia mediante la transmisión del virus Rhabdoviridae, que se transfiere usualmente por la mordida o la simple saliva de un animal infectado. No obstante, se han documentado algunos casos en que el virus de la rabia ha sido transmitido en partículas de aerosol flotando en el aire. Estos casos, sin embargo, son extraños y solamente han ocurrido en cuevas donde habitaban muchos murciélagos infectados.
A nivel mundial los perros son los principales portadores de esta enfermedad, especialmente aquellos animales que no han recibido los cuidados ni el calendario de vacunación pertinente, sin embargo la rabia también puede transmitirse a través de la mordida de otros animales domésticos como los gatos, o de animales salvajes como los zorrillos, los mapaches o los murciélagos.
Además de afectar de forma letal a nuestro perro, la rabia también puede contagiarse a los humanos si son mordidos por algún animal infectado, por ello trabajar en su prevención y reconocer a tiempo sus síntomas resulta fundamental para garantizar la salud de todos los dueños de mascotas.
Se sabe que el virus de la rabia no dura mucho fuera de un cuerpo con vida. Se ha reportado que puede permanecer activo en carcasas de animales hasta 24 horas.
Los síntomas de la rabia
El virus de la rabia cuenta con un período de incubación que oscila entre tres y ocho semanas, aunque en algunos casos el mismo puede ser un poco más largo. También tiene diferentes tiempos de incubación en las diferentes especies de animales, y produce tres fases de síntomas característicos, aunque no siempre se presentan todas las fases. Si bien todos los mamíferos son susceptibles a la rabia, se sabe que los zorrillos pueden ser portadores asintomáticos en algunos casos. En los humanos, los síntomas suelen aparecer entre tres y seis semanas después de la infección, pero también se han reportado casos de incubación más larga.
Los síntomas de esta condición, que afecta el cerebro y el sistema nervioso central del animal, suelen presentarse en tres fases pero es posible que algunos perros no las manifiesten todas, motivo por el que es importante estar atento en todo momento ante cualquier señal que indique que la salud de nuestra mascota no marcha bien.
Los síntomas de la rabia según las fases son:
Primera fase o prodrómica: con una duración cercana a los tres días, en esta etapa se presenta un cambio de conducta en el animal que puede tornarse nervioso, asustadizo y ansioso, aislándose de su entorno. En caso de animales poco dóciles o agresivos los mismos pueden volverse cariñosos. Adicionalmente es común que se presente fiebre.
Segunda fase o etapa furiosa: se presentan las señales más características de la rabia aunque esta etapa no siempre se manifiesta en todos los perros. Los síntomas más comunes son irritabilidad, hiperactividad, poco descanso y agresividad extrema, el animal muerde cualquier cosa que se ponga en su camino. Pueden presentar otras señales como dificultad para orientarse y convulsiones, esta etapa puede durar entre un día y una semana.
Tercera fase o etapa paralítica: algunos perros mueren antes de alcanzar esta fase, en la que se paralizan los músculos de la cabeza y el cuello, imposibilitando al animal de tragar saliva y ocasionando progresivamente una insuficiencia respiratoria que ocasiona la muerte del animal.
En el pasado, el diagnóstico de rabia se hacía en base a un análisis del tejido nervioso del cerebro, por lo que era necesario matar al perro para diagnosticar si tenía rabia o no. Actualmente se han probado otras técnicas para diagnosticar la rabia en estados tempranos, sin necesidad de matar al animal. Entre estas técnicas se encuentra la reacción en cadena de la polimerasa (PCR por sus siglas en inglés).
¿La rabia tiene tratamiento?
Lamentablemente el virus de la rabia no tiene tratamiento ni cura, por lo tanto debido a la intensidad de los síntomas y a que los mismos afectan el sistema nervioso central y el cerebro del animal, un perro con rabia acabará por morir eventualmente, sin embargo es posible prevenir el contagio de esta condición mediante la vacunación.
En el caso de los humanos que se encuentran muy expuestos al mundo animal como son los voluntarios o aquellos que han sido mordidos por cualquier animal, también es posible recibir la vacuna contra la rabia y atender la lesión lo antes posible con el fin de evitar que la saliva infectada pueda dar lugar a la transmisión del virus.
Si te ha mordido un perro y sospechas que puede tener la rabia acude de inmediato a un hospital para recibir la antirrábica, puede salvarte la vida.
Prevenir la rabia
Es posible prevenir la rabia mediante la vacunación, cuya primera dosis debe ser recibida por el perro durante los primeros meses de vida. Posteriormente la vacuna de la rabia deberá reforzarse en varias ocasiones y según las indicaciones del veterinario.
Debido a que esta condición se presenta frecuentemente en animales en estado de abandono, es muy importante que si decides adoptar una mascota en estas condiciones la lleves de inmediato a un veterinario, incluso antes de introducirla en tu casa, con el fin realizarle una extensiva revisión médica y ofrecerle todas las vacunas necesarias para garantizar su salud y bienestar.
Este artículo es meramente informativo, te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.